lunes, 31 de julio de 2023

AQUÍ DENTRO

 

Esto es lo que tengo dentro de mí; un vacío enorme por donde el aire se cuela, los rayos del sol desaparecen y la oscuridad se hace eterna.  Un hueco donde caen las falsas promesas, los besos que me dieron y donde van a parar las noches en vela.

Dentro de mí ya no hay belleza, sólo queda el eco casi inaudible de esa niña llena de aspiraciones que acabó siendo una mujer rodeada de maleza. Me perdí entre tanta mala hierba. En mi cabeza sólo se repiten los mismos pensamientos de mierda, sólo tengo basura en ella.

Esto es lo que me rodea; una burbuja de acero tan espesa que cada mañana se me hace eterna, donde las sábanas de mi cama se fusionan con mi tristeza y mi almohada es testigo de mi apática soberbia. Voy a ralentí. No llego a la meta. Cada centímetro que avanzo desgasto mis suelas, siento mis pies tan doloridos que me escuecen hasta las venas.

Esto es lo que tengo dentro de mí; un vacío enorme por donde el aire se cuela, donde ya no existe la belleza y donde una burbuja espesa mantiene mi alma presa.

sábado, 29 de julio de 2023

DESCOSIDA


Hecha para nadie; descosida con agujas y remendada con alambres. Un intento de muñeca reparada que acabó olvidada en el estante. Quieta, callada, observadora de tanto amor a su alrededor pero carente de amante. Fría, inerte, derramando lágrimas vacías mientras sueña con encontrar a esa alma que tampoco esté hecha para nadie; descosida con agujas y remendada con alambres.

jueves, 13 de agosto de 2020

RETALES



Entregó su alma a quien no debía, pero era demasiado tarde para enmendar su error. Las cicatrices tatuaban cada centímetro de su piel, ya no había cabida para nuevas heridas, ni un resquicio donde colocar más tiritas. Ya no le dolían, tan sólo el recordarlas la entristecía. Cada reproche, cada insulto, cada mentira. Cada promesa, cada beso, cada “eres mía”. Aquella vez que recibió un guantazo porque decía que se lo merecía; que ni era tan buena ni tan bella, que de nada servía. Quién la iba a aguantar. Quién se iba a fijar en ella si pasaba desapercibida. Se había convertido en su perra. Su esclava. Su segundo plato cuando le apetecía. Ya no había vida en su mirada, nada la motivaba. Guardada como un retal la mantenía escondida, y sin embargo, no la dejaba ir. Se sentía usada, humillada. 
Ya no recordaba aquellos maravillosos momentos en los que la hacía sentir especial, querida. No reconocía a la persona de la que se enamoró en su día. Se sentía apagada, perdida. Con la cadena aun apretándole su débil cuello observó cómo a otra su amor prometía. Delante de ella, entre risas, mientras se atragantaba con sus propias lágrimas inicuas. Sé feliz con mi felicidad. Deja de llorar y de gritar, si tanto me amas deberías alegrarte por mí, le decía. Y así murió su mayor error, ese monstruo que no conocía. Recuperó su alma y su sonrisa. Y aunque no logró enmendar su error, le sirvió para no enamorarse de retales de fantasías, porque cuando las promesas no se cumplen se convierten en mentiras.

domingo, 21 de octubre de 2018

QUISE SER



Quise ser un pájaro para volar a través del viento, pero mis alas se rompieron y caí. Mientras caía quise ser un paracaídas para evitar estamparme contra el suelo, pero no se abrió. A medida que iba vertiginosamente descendiendo soñé con convertirme en una pluma y así deslizarme suavemente por el aire, pero como lo dije en voz alta mi deseo no se cumplió. Seguí cayendo sin freno alguno y quise transformarme en un globo, pero se cruzó por mi camino un pájaro que clavó su pico en el material del que estaba hecho. Desinflado continué mi descenso y quise ser un pez, diréis que los peces no vuelan pero sí nadan, caí en el mar. Comencé a nadar para llegar a la orilla, pero un calamar gigante me agarró con sus tentáculos impidiendo que continuara mi camino y quise ser un tiburón. De un mordisco me liberé y con la tripa llena continué por la senda en busca de lo que verdaderamente quería ser. De repente, una enorme sombra invadió mi espacio personal, era una ballena y quise convertirme en un cazador furtivo. Arpón en mano me dispuse a cazar a ese gran mamífero de los mares, pero me compadecí de él, era un ser tan maravilloso que no debía desaparecer simplemente para alimentar la gula de los más afortunados. Unas millas más adelante, cuando ya por fin podía ver la costa, me disfracé de buceador y me volví a sumergir en las aguas heladas. Buceé y buceé hasta llegar a la orilla. ¿Y ahora qué? Quise ser una estrella de mar y fui recogida por un niño de cinco años. Me transportaron en un cubo de agua salada y me echaron en una pecera junto con tres peces de colores, pero aquello era demasiado aburrido, sólo podía observar, y quise ser uno de esos peces llamativos, de esa forma al menos podía nadar, pero el espacio era muy reducido. Desde la cristalera podía contemplar el jardín, estaba repleto de rosales y quise ser una de aquellas rosas tan hermosas; cerré los ojos, lo deseé y, de repente, allí estaba, floreciendo en aquél rosal. Apenas pasaron unos días, quizás unas semanas, pero ya me había hecho mayor justo cuando comenzaba a disfrutar de mi metamorfosis. Fue entonces cuando una niña de cabellos dorados y sonrisa inocente se acercó al jardín con unas tenazas. Me miró, sonrió, acercó su mano a mí y… Sólo sentí el frío metal en mi cuerpo, caí a la fría tierra y morí.
Quise ser tantas cosas que cuando fui lo que quise ser, había pasado demasiado tiempo.

lunes, 9 de julio de 2018

DE NADIE



No era de nadie pero sentía que pertenecía a todos. Libre de pensamientos pero esclavizado era su cuerpo. Ser de nadie y pertenecer a todos mataba sus sueños de marcar la diferencia entre tanto sediento de poder y de éxito. Quería volar sola, vivir aventuras locas a cualquier precio; arriesgaba su vida para demostrarle al mundo que no era de ellos, que nadie podía frenar sus anhelos y deseos, que nadie podía impedir la madurez de su ego. Odiaba sentirse atada y luchaba con rebeldía para desprenderse de las cadenas que la mantenían prisionera en un aburrido cuento. Ella no quería ser una princesa protegida por altos y robustos cimientos, ella deseaba ser una guerrera y coleccionar cicatrices de buenos momentos y duros recuerdos. La gente políticamente correcta le provocaba bostezos, ella buscaba algo más, más que personas encerradas en un cuento de hadas, mucho más que eso, buscaba algo que la hiciera sentir viva, que llenara el vacío que acumulaba por dentro. No quería ser de nadie pero a su vez necesitaba de alguien que la ayudara a escapar de su rutina tediosa y le otorgara un nuevo aliento. No le importaba la etnia ni el sexo, le daba igual su estatus social y económico, le era indiferente si era un delincuente, un drogado, un anarquista o un panadero, un ladrón de bancos o un agricultor maltrecho, un mentiroso compulsivo o niño indefenso. Quería personas reales, diferentes, bizarras, que la liberasen de su constante tedio. Por eso, no quería ser de nadie pero pertenecía a todos.