domingo, 17 de febrero de 2013

Necesidad sexual

El sexo, un conjunto de acciones que viene de fábrica en nuestro sistema genético.  
Esta práctica resulta repugnante y ridícula a la vez que placentera y aeróbica. Mezclamos fluidos corporales que pueden, o no, traer con ellos bichitos indeseables. Nos comemos el sudor con sabor a cebolla del otro. Las flatulencias aparecen a su antojo y siempre en el momento menos indicado. Adoptamos posturas cavernícolas que en otras circunstancias nos avergonzarían mostrar, y somos capaces de tragar ciertas cosas no muy beneficiosas para la salud. ¡Y luego nos da asco ver a un niño comiéndose los mocos! 
Por otro lado, dejando a un  lado las aberraciones anteriormente mencionadas, mantener relaciones sexuales  también tiene su lado bueno por raro que parezca; además de reducir la odiosa grasa y mejorar nuestro estado físico, actúa como terapia psicológica aumentando nuestra autoestima y recargándonos de energía positiva. No obstante, estos no son los motivos que nos llevan a imitar a los primates encima de la cama, o en el sofá, o en el coche, o en la azotea, o en el ascensor, en el aseo más puerco de la discoteca,  o incluso en un callejón oscuro, y no nos olvidemos de la playa y del mítico descampado siniestro... En definitiva, que fo... Hacemos el amor por el gustirrinín que nos da en el chimichurri. No podemos eludir esa sensación de mareo en la cabeza y ese intenso ardor en el pecho que lejos de asustarnos nos motivan a echarnos encima de nuestra presa más cercana, a veces puede ser nuestra pareja y en otros ocasiones optamos por la persona más desesperada de nuestra agenda de folla-amigos. 
Resumiendo, nuestra necesidad sexual es tal que por mucho que nos de asco tragar pelos o nos de pereza levantarnos del sillón siempre acabaremos sucumbiendo al placer de la carne.  

lunes, 4 de febrero de 2013

Carta de agradecimiento


Melodi Rodríguez Luque
Positiva Dimensión


En Mijas Costa a 4 de febrero de 2013

Estimados queridérrimos lectores.

Mi más sincero agradecimiento a todos los que habéis confiado en mi persona.

Esta semana Positiva Dimensión ha superado las 100.000 visitas, este hecho no ha pasado desapercibido para mí y como no podía ser de otra forma, quiero dar las gracias a todos los que habéis contribuido a la causa.
Gracias por valorar mi duro trabajo el cuál hago sin ánimo de lucro. Gracias por todos los comentarios de apoyo y agradecimientos que me habéis dejado en el blog. Gracias por molestaros en leer mis entradas a sabiendas de que es un tiempo valioso que estáis ocupando en él. Y gracias por hacerme sentir que sirvo para algo constructivo.  

Este proyecto comenzó como un mero pasatiempo, quizás como una forma de expresar mi frustración y compartir mi depresión con personas anónimas. Sí, en 2010 este sitio se llamaba Insólita Dimensión, nombre que fue acuñado por mi trastorno del ánimo que padecía en aquel entonces. Eran pocos los visitantes que se atrevían a adentrarse en la negrura de mi mente y por tanto, eran pocos los comentarios y visitas que mostraba mi perfil. No obstante, poco tiempo después un gran amigo, que me cayó del cielo cuando más lo necesitaba, me sugirió hacer una reapertura, es decir, cambiar el chip y mostrar mi cambio en la página. Comencé cambiando los colores del blog; pasó de un negro apocalíptico a un blanco con detalles celestes y amarillos. Eliminé casi todas las entradas que me avergonzaban (algunas las dejé para recordar cómo empezó toda esta historia); relatos que deprimían a cualquiera. Renové los textos; escribía de nada en particular; palabras, objetos, impresiones... Cualquier cosa que se alejara de la oscuridad y que me recordara que la vida es bella. Insólita Dimensión pasó a llamarse Sinfonía de Palabras y las visitas comenzaron a aumentar. 
El cambio radical que sufrió la web se reflejó en mi día a día. Aumenté las horas de deporte, decidí ir todos los días a la playa y nutrirme de la energía positiva del Sol, cambié mi look y me mostré más atenta hacia los que me rodeaban. Todo esto conllevó a una mejora importante en mi estado anímico; me hice una persona más simpática, tenía ganas de conocer gente nueva, me puse nuevas metas y el pesimismo cada vez era menos visible en mí. Fue entonces cuando Sinfonía de Palabras se convirtió en Diario de una Chica Positiva y con el nuevo título una cantidad de comentarios llegarían a sus puertas.
Volví a cambiar el blog; el celeste se convirtió en tonalidades anaranjadas y rojas, los textos eran cada vez más esperanzadores y dinámicos. Ya no necesita escribir exclusivamente a la felicidad, también tenía tiempo para subir relatos y cartas ficticias que dejaban ver mi gran capacidad de imaginación. Me convertí en una chica feliz y positiva, ahora hacía honor al nombre del blog.

Como veis no soy perfecta, de hecho, era la persona más pesimista y deprimente del mundo, pero luché por cambiar mi situación y lo logré. Vuestros bellos mensajes son los que me dieron y me siguen dando fuerzas para continuar con este viejo proyecto, vosotros hacéis que mis palabras no queden olvidadas en el ciberespacio, vosotros me hacéis ver que mis escritos no son en vano. Me habéis demostrado que cada vez que entráis en mi mente salís con la sensación de que todo irá a mejor, para mí eso es un gran logro del que muy pocos pueden presumir.

Gracias por enseñarme que una página de una desconocida también puede llegar a vuestros hogares. Gracias a todos porque sin vosotros este proyecto no habría sido posible.

Gracias mis queridérrimos lectores y, gracias a Ra.

Fdo: M