jueves, 26 de julio de 2012

El secreto de la felicidad


Vagaba por la soledad de mi corazón inundada de vacío y llena de dolor. Restaba las horas que quedaban para eliminar un año más que lidiar mientras suplicaba a algún señor de allí arriba que me borrara de ese cuento de hadas en el que yo nada pintaba.
Transcurrían los días y mi mirada se desvanecía, ni un halo de esperanza en mí había. Todo era oscuridad y olvido. ¿Qué debía hacer? ¿Por qué avanzaba toda la gente conocida y yo seguía estancada en mis lágrimas de ortigas?
No sabía con seguridad la respuesta de mi desgana hacia la sociedad, lo único que podía ver y reconocer era que ellos iban cogidos de la mano y se mostraban su amor con dulces besos apasionados y yo caminaba sola observando el negro asfalto. Sí, eso me faltaba, unas manos, unos labios, una persona con la que compartir mis risas y mis llantos, mis logros y mis fracasos, un amor incondicional. Me faltaba esa persona que todos buscan para evolucionar en la vida y morir en compañía, pero ese alma no llegaba, no aparecía.
“¿Dónde estás?” Gritaba a las nubes. Juro por Dios que la busqué por cielo y agua, entre capa y espada, debajo de las piedras y encima de las camas. Me sentía cansada, débil, frustrada.
Mis esfuerzos por encontrar a mi compañero de almohadas y sábanas desvanecieron, mi ilusión por su búsqueda desapareció y me refugié en el frío suelo de mi habitación, estaba duro, pero al menos me aliviaba del calor sofocante que representaba la depresión que me asfixiaba. ¡Maldita tristeza! Intenté mantenerme cuerda estudiando hasta las tantas de la madrugada, pero mi mente no parecía estar por la labor, ¿qué me pasaba? Ni mi carrera, ni mi familia, ni el deporte que siempre hacía me conseguían despejar de tanta apatía, ¡ni mis propios amigos!  Nada me llenaba. El despertar era mi pesadilla y el dormir mi muerte momentánea que tanto anhelaba.
Dejé de comer, no tenía hambre; la fatiga circulaba por mi estómago. Mis venas eran cada vez más cristalinas y mi piel de un color pajizo se volvía. El pelo se me caía y mis uñas se torcían. Esas pequeñas amígdalas se me hincharon de tanto llorar y mi voz mostraba una constante afonía.  ¿Sería verdad el dicho de que cuando enferma tu mente el cuerpo le sigue? Sí. Los médicos no encontraban solución a mis males, decían que no existían causas de tales síntomas, supongo que sería yo y mi falta de autoestima, o simplemente no vivía.
El tiempo se deslizaba por mi cuerpo como las gotas de lluvia en la ventana de mis recuerdos, lentamente, muy lento. ¡Qué desesperación! El sufrimiento no cesaba.
Comencé a escucharlos. Susurraban, murmuraban, yo no sé que decían. No los comprendía. ¿Oyes eso? “No”, todo el mundo me respondía. ¡Genial! Ahora resulta que tengo alucinaciones auditivas por mis tonterías. Pobre de mí en aquel momento, que todo lo oía pero nada comprendía, que de olores me impregnaban pero de ningún lado procedían. ¿Hueles eso? “No”, me volvían a contestar. Pues nada, otra alucinación más que anotar en mi agenda de enfermedades ficticias. ¡Depresión era lo que padecía! Un trastorno de bipolaridad con ataques de euforia y hastía, el Yin y el Yang en uno.
Lo olvidé todo, incluso, que la causa de mi estado casi catatónico era por mi fracaso en la búsqueda de ese SER que me complaciese en todo, que me hiciera su reina en un palacio de oro. Me despreocupé por completo, pero en su lugar, me hice confidente de las cuatro paredes que guardaban mi cuerpo casi deshecho. ¡Qué ganas tengo de...!

¡Apareció! Llegó cuando el suicidio era mi fantasía más recurrida, pero no era como yo me lo imaginaba, era todo lo contrario a lo que siempre deseé. “No me gustas, así que no intentes conquistarme, porque te darás contra un canto en los dientes”, le repetía una y otra vez. Nos hicimos muy buenos amigos, amigos de verdad, y no, tranquilos, esta vez no era una alucinación visual, era REAL.
Me cayó del cielo un ángel de la guarda que esperó su momento para entrar en mi mirada cuando más lo necesitaba; sin favores, sin ánimo de lucro, no exigía nada, sólo perseguía mi amistad y mi confianza.
Me ayudó haciéndome ver la dura realidad con palabras concisas y claras. “Tu vida es una mierda porque tú la haces así, eres una pesimista de cojones y no valoras todo lo bueno que tienes a tu alrededor. ¡Con lo inteligente que eres y desaprovechas totalmente tu mente! La utilizas para hacerte daño y ocultas tus virtudes a la gente que está a tu lado, ¿no te da vergüenza ser lista y aparentar que no vales nada porque te sientes inferior a todos?”, me decía día tras día.

Siempre viví en una puta mentira, una falacia que yo misma había creado.
Reconocí que mi vida no era mala, al contrario, tenía todo para triunfar; una gran familia, un buen estatus económico, una inteligencia arrolladora, un físico admirable y todos los caprichos que pudiese desear cualquier persona que no estuviera en mi estupenda situación, entonces, ¿qué me llevó a la depresión?
La estúpida búsqueda del amor...
Y de ese modo apareció él, con sus andares de presuntuoso y su razón de ser, su razón de lógica, su visión objetiva de las cosas. ¡Uff, qué mal me caía al principio! Pero no sé cómo me conquistó.
No sólo se convirtió en mi mejor amigo, sino que entró en mi corazón, un corazón malherido  que apenas latía, pues sólo quería dejar de palpitar para morir. Con sus verdades me llevó a la luz de la verdad. Con su paciencia me ayudó a evolucionar. Con su experiencia me enseñó la verdadera persona que YO llevaba dentro y con su presencia me presentó a mi DON, mi maravilloso regalo, el que nunca aprecié: mi cabeza, con sus vaivenes de vez en cuando pero con una gran creatividad inusual.

Pasaron los meses y me enamoró, sí, me encandiló ese maduro presumido que a todas camelaba con un par de palabras. Suerte que era mi ángel de la guarda y su camelo se convirtió en amor eterno, se veía envuelto en un sentimiento que ni él mismo podía controlar, se había enamorado y había conocido por primera vez la fidelidad. Sí, él tampoco me buscó y sin embargo me encontró. Nos encontramos en el mismo camino cuando más nos necesitábamos. Nos encontrábamos perdidos y rogábamos un guía que nos cogiera de la mano y nos mostrara la ruta correcta. Así sucedió. Yo no lo busqué, él no me buscó, simplemente coincidimos en la misma dirección.
Me dibujó sonrisas, me enseñó el amor. Consiguió cambiar mi pensamiento de pesimista a optimista y reforzó mi persona con lealtad y pasión. Me presentó a M, a mi verdadero yo. Me abrazó con fuerza y me dijo que jamás se iría de mi vera, JAMÁS, pase lo que pase seguiríamos envejeciendo juntos como amigos, por encima de la unión de pareja y por encima de todas aquellas personas que no creen en nosotros. Pues como si de un profesor se tratase me enseñó lo que era la auténtica amistad basada en la sinceridad, compromiso, honestidad, empatía y amor. Me aportó confianza en mí misma, me subió la moral y ya a nada temía, nada podía hacerme daño, ni tan siquiera yo misma. Me regaló la felicidad eterna.
Ahora puedo decir abiertamente que soy feliz y que estoy satisfecha con todo lo que me rodea, eso sí, gracias a él, a un buen amigo que se ha convertido en el amor de mi vida. Yo no lo busqué, simplemente apareció para construir algo extraordinariamente grande entre los dos, porque todo lo podemos lograr, y quien piense lo contrario, les demostraremos que se equivocan: LA POSITIVIDAD ES EL SECRETO DEL ÉXITO.

No busques. Sé feliz contigo mismo. Ama a tu persona, ama a tu familia, ama a tus amigos y cuando estés verdaderamente cómodo y satisfecho con tu vida, entonces, sólo entonces, encontrarás al amor de tu vida, porque siendo uno mismo transmitimos lo mejor de nuestro ser, algo totalmente único, NUESTRA ESENCIA.           

miércoles, 18 de julio de 2012

Nubes de algodón

Ahora estoy aquí esperando alcanzar tu mirada, contando las horas que faltan para rozar el suave aroma que embriaga tu cuerpo, esa esencia que me hace olvidar todo lo demás cuando estoy junto a ti. Y sigo aquí ensimismado por tu recuerdo, reviviendo momentos que parecían ser eternos; vivía y sigo viviendo en tu universo.
Hoy camino entre nubes de algodón con dirección a tu corazón. Estoy nervioso, inquieto, no sé qué sucederá a partir de hoy. Escucho cada latido a medida que voy acercándome a tu destino testigo de la unión que se forjará esta noche entre nuestras almas a la orilla del mar. Solos tú y yo. Sólo sinceridad y amor. Ahí estás cuál ángel caído del cielo sin alas con las que poder volar, sin aureola que te proteja de todo mal. Aquí estoy yo regalándote mi felicidad aunque por ello tenga que prescindir de ella, pero sé que tú bienestar será el mío cuando toda esta guerra absurda acabe y entregues tus armas a un nuevo desafío, mi persona. No tengas miedo a lo desconocido, no tengo nada que pueda hacerte daño.
Lo siento si te besé y no debía. Siento si desmonté todo tu mundo cuando considerabas que no era oportuno, pero mis manos sanearán todas tus heridas, mis labios iluminarán tu camino y mi cuerpo protegerá tu esencia malherida. 
Ha llegado la hora de dejarte marchar y despedirme hasta la próxima vez que me necesites, que sientas la necesidad de compartir tu tiempo con alguien que sólo busca un poco de atención, comprensión y cariño. Y te digo adiós, quizás hasta pronto, pero regreso a mi hogar a través de esas nubes de algodón que un día hicieron que nuestros caminos se cruzasen. 
Me siento bien. Hoy soñaré.

lunes, 9 de julio de 2012

Descargar Messenger Live Gratis

¿De verdad creíais que había subido en esta entrada un archivo para descargarlo? ¡Craso error! Simplemente estoy nostálgica, añorando el pasado. Hoy quiero dedicar esta entrada a la evolución de las Redes Sociales.

Recuerdo con cariño aquella primera vez en que me descargué en aquél entonces el desconocido para mí Messenger y/ o MSN, concretamente el 5.0, allá por el año 2000. Lo recuerdo con ilusión, sentada frente a ese ordenador blanco que ocupaba más espacio que el escritorio y que iba más lento que mi madre buscando una letra concreta en el teclado. Todo aquello era nuevo para mí, una tecnología que comenzaba a triunfar y que casi era obligatorio tener en casa (hablo del PC) y un programa informático que te daba la oportunidad de comunicarte con tus conocidos sin necesidad de gastarte un solo céntimo, hablo de los correos electrónicos. Sí, recuerdo mirar fijamente la pantalla con gran impaciencia a la espera de que el dichoso programa se terminara de descargar (digo impaciencia porque se demoraba medio siglo) y luego volver a esperar otro tanto para que se abriera y me salieran los 0 contactos que tenía en un principio (porque luego llegué a tener 300 contactos, sí, toda una colección de pokémons desconocidos).
Cada día iniciaba sesión con mayor ilusión y desesperación, ya que cada vez que hacía doble click en el icono tenía que esperar cinco minutos mientras veía dar vueltas y más vueltas a los muñecos verdosos hasta que al fin cargaba...¡Mierda, llamaron al teléfono y se fue la línea! ¡Maldita Tarifa Plana , ahora tengo que esperar otros cinco minutos! La Informática evolucionó y con ella la rapidez de los ordenadores y de Internet a la vez que también iba evolucionando el diseño de Windows Messenger, no tenía rival; cada temporada lanzaban una nueva actualización hasta llegar al Windows Messenger Live 9 (este fue el último que me descargué). Pero a mediados del 2006 aproximadamente una serie de Redes Sociales (Facebook y Tuenti entre otros no tan conocidos) comenzaron a surgir de la nada para en un posterior futuro hacerle una competencia soberana, tanto que dejaría a nuestro amigo MSN a un segundo e incluso tercer plano, esto fue debido a la creación de mini pantallas de conversaciones en los mismos sobre el 2009/ 2010 aproximadamente. Por si no bastaba con estos enemigos, llegó la moda del Whatsup a España a mediados del 2010, el cuál se hizo con el poder de todas las Redes Sociales; la gente dejó de conectarse al Messenger y dejaron de activar los Chats de Tuenti y Facebook, ya sólo hablaban y hablan (vale... Y hablo) vía móvil gracias a este nuevo programa gratuito.
Sí, echo de menos conectarme el MSN y ver los diferentes tipos de niks con diferentes colores. Echo de menos el sonido tan insoportable que hacía cada vez que me hablaban. Echo de menos la ilusión por descargarme una nueva versión, por poner la Videollamada, hablar por micrófono, pasarme horas y horas frente al ordenador hablando con mil personas (bueno, a tanto no)... Sí, lo echo de menos pero hay que amoldarse a los avances.

Atención: Si eres fan de Lara Croft este es tu blog, TOMB RAIDER MANÍA