miércoles, 31 de julio de 2013

Amargo letargo


Un día cualquiera. Un infortunio inesperado. Una consecuencia irreversible.
Tras las nubes un sopor, un silencio sepulcral que cubre los cielos de tóxico carbón; una sustancia negra que oculta entre sus tripas la maldad de un destino aterrador. Tras el silencio una inundación de lágrimas ensangrentadas que buscan consuelo mientras sus vidas les han sido arrebatadas. Elipsis. Confusión. Un olor anodino que cubre el amargo letargo de los allí presentes en cuerpo pero ausentes en alma. El Sol huye de tan escena macabra. Ya no hay besos. No hay caricias. No hay abrazos. No hay más risas ni reencuentros en ese lugar sagrado. No hay más ilusiones en un trayecto que se ha vuelto maldito para los que residen postrados. Sólo quedan tumbas que decoran lo que un día fue un sitio para encontrar la espiritualidad de uno mismo, ahora solo quedan los despojos de historias que fueron interrumpidas en el inicio de su novela. Decenas de libros que no podrán continuar con su narración, no les quedan páginas que rellenar, el incidente arrancó sus hojas de cuajo sin otorgarles una oportunidad. Únicamente el abrupto final quedará para la posteridad y la firma de cada uno de los escritores permanecerán grabadas en los raíles de aquella Tierra Santa.  Adiós a parte de nuestra historia, una despedida a todas esas personas que un día llenaron de vida los rincones de nuestra hoy triste España. 

jueves, 25 de julio de 2013

España está de luto

Anoche, miércoles 25 de julio de 2013 a las 21.00 horas, a tan solo 3 kilómetros de su destino el ferrocarril que trasladaba a 221 personas desde la provincia de Madrid hasta la estación de Ferrol en Santiago de Compostela tuvo un desafortunado y cruel accidente que ha acabado con la vida de más de 70 personas, sin contabilizar los numerosos heridos de gravedad que ascienden a los 130.

A pesar de que ayer dieron buen tiempo para hoy en toda España, esta mañana amaneció tremendamente oscura, quizás más caótica que de costumbre. El sol no brillaba como nos tiene acostumbrados en estos días de verano, a penas era percibible por la vista humana, una oleada de almas lo ocultaban tras sus sombrías capas de luz. Las lágrimas de los familiares encharcaban los cielos con sus desoladores llantos y la ayuda de los miles de sanitarios y voluntarios levantaban una niebla espesa de desolación por las tierras gallegas. Sólo había silencio en los vagones y gritos en las proximidades de los carriles. Se iba un centenar de vidas dejando un angustioso dolor en el mundo de los vivos. Ya nada volverá a ser como antes. Cientos de familias no volverán a disfrutar de las caricias de sus seres queridos, no volverán a compartir días de felicidad con los que se han marchado. Miles de personas están rotas por dentro; un cachito de sus esencias se han desprendido de ellos y deja en su lugar un agujero de tristeza y soledad. No volverán a ser los mismos, no volverán a sonreír con el mismo ahínco.

Hoy España esta de luto. Por los familiares de los que aquí hoy ya no están, por el centenar de heridos que se debaten entre la vida y la muerte en los hospitales de Galicia y, sobre todo, por los fallecidos, mantengamos 72 horas de silencio y respeto, por lo que se ruega no actualizar ninguna red social ni blog a partir del pésame. Mis lágrimas se unen a esta tragedia y todas mis fuerzas y energías positivas van para ellos y para los heridos. ¡Mucho ánimo amigos míos y espero que os recuperáis pronto!

martes, 16 de julio de 2013

Alex Kidd

Llevo un par de semanas nostálgica, añorando mi infancia y, sobre todo, echando de menos los videojuegos de esa etapa, los cuáles carecían de traducción al castellano y no me quedaba otra que aprender a jugar sin entender ni "papa". Recuerdo con cariño numerosos títulos tales como Sonic, Street Fighter, Dragon Ball Z, Astérix, Mortal Kombat, Mercs, The Terminator, Chuck Rock, todos ellos con sus correspondientes masterizaciones y reboots en las décadas que le siguieron, no obstante, el juego que verdaderamente ha quedado grabado en mis retinas como agua hirviendo es el ya olvidado Alex Kidd (in miracle world); esa especie de "niño-mono" de orejas desproporcionadas y puños descomunales que venía pre-instalado en la Sega Master System, un personajillo entrañable que me acompañó en mis primeros años de vida.

La primera vez que jugué a Alex Kidd In Miracle World debía tener unos cuatro años (1992), el juego estaba totalmente en japonés (obviando el menú que era lo único que estaba en inglés) pero ese aspecto no resultó ser un obstáculo para mí, aprendí a manejar al protagonista y comprendí la dinámica del juego la cuál resultó ser muy sencilla; debía recoger todos los sacos de dinero, romper las cajas amarillas con los puños, evadir al fantasma rosa, matar a todo bicho viviente (aves, pulpos, peces), comprar los objetos que quisiese en la tienda que aparecía tras la finalización de cada nivel (si es que la suerte te acompañaba en el aleatorio/ cabrón "piedra, papel o tijeras" ¡hijo de puta!) y esquivar las bolas rojas cuando conducía algún vehículo, así de fácil. A pesar de su diseño paupérrimo jamás pude terminarlo, creo que ni siquiera logré pasar del tercer nivel, solo disponía de tres oportunidades y las partidas no eran guardables (ya sabéis, 8 bits no daban para más). He aquí la cuestión, la frustración de no poder avanzar en el juego ha perdurado en mi subconsciente hasta nuestros días desembocando en un ansia de superación, por lo que no he podido evitar regresar al pasado y jugar a Alex Kidd vía online pero sin resultado alguno, esta vez no he pasado del segundo nivel, las jodidas teclas me lían demasiado, era más fácil con el mando de la videoconsola. 

Para aquellos que sigan traumatizados a la vez que enamorados, aquí os dejo el juego, tan solo tenéis que entrar en el siguiente enlace y pulsar la letra "z" para regresar a vuestra infancia: 


lunes, 1 de julio de 2013

La dieta milagrosa

Mientras unos comemos de todo (en su justa medida) a la vez que hacemos deporte durante todo el año para mantenernos en forma y gozar de una salud envidiable, otros se frustran con su metabolismo por pesar cuarenta kilos más de lo que deberían con motivo de su sedentarismo y una dieta altamente calórica. 
Llegado el verano, y como consecuencia de la grasa acumulada a base de fritos, bollería y sofing (dícese del ejercicio que se practica en el sofá que consiste en tumbarse y ver la televisión), nuestros gorditos deciden tirar la casa por la ventana y osan seguir una dieta milagrosa, además de ocupar en masa (y no es un juego de palabras) todo el espacio de los gimnasios y de las calles de la geografía española, hábito que solo dura hasta mediados de septiembre. Luego llegan las lamentaciones motivada por el conocido efecto yo-yo (dícese de la recuperación de kilos y la aparición de nuevos michelines hasta ahora inexistentes como consecuencia de la finalización radical de la dieta y el deporte); se pasan todo el otoño y el invierno calmando su ansiedad con atracones sin sentido para acabar en primavera comenzando una nueva e innovadora dieta que les hará reducir volumen, además de pasar hambre y hastío con las comidas. Con motivo del aburrimiento y de la falta de perseverancia vuelven a su rutina diaria, es decir, tumbing y comilonas, y así se pueden tirar toda la vida, son el perfecto ejemplo de un círculo vicioso o del pez que se muerde la cola. ¿A caso no se dan cuenta de que la única dieta milagrosa es la unión entre el deporte diario y una alimentación equilibrada? 
No hace falta dejar de comer o alimentarse solo a base de kiwi, no es necesario pasar tres horas al día en el gimnasio ni hacerse una media maratón todas las mañanas; se puede comer todo tipo de alimentos (sin abusar y en sus horarios establecidos) siempre y cuando los acompañemos con un poco de deporte. La dieta ideal para cualquier individuo sería un desayuno fuerte en carbohidratos, un almuerzo acorde con nuestro peso-estatura y una cena ligera y baja en calorías, todo esto sumado a media hora de ejercicio al día (caminar, hacer footing, natación, bicicleta). Esta es la dieta milagrosa universal la cuál debería ser practicada como el comer, el beber y el follar.