domingo, 13 de septiembre de 2015

Voluntad

Despojándome de mis oscuros y baladíes pensamientos crucé el umbral de la aclamada felicidad, un camino arduo lleno de sinsabores y en ocasiones reavivado por momentos sosegados y eufóricos. No fue fácil conquistar la estabilidad emocional, pero lo divertido y satisfactorio se encuentra en superar las barreras que todos creían inviables, nada es comparable con el sentimiento que recorre toda tu efigie cuando demuestras que se equivocaban cuando decían que no lo lograrías. Yo no me dejé guiar por las personas que me rodeaban, de lo contrario, hoy sería esa mujer abatida e insegura de la que todos hablaban. Nadie reconoce tus méritos, sacrificios y virtudes, pero son los primeros en recordarte tus fracasos, carencias y debilidades con la intención de detener tu crecimiento personal motivados por el miedo de ver cómo evolucionas mientras ellos permanecen en el mismo escalón de la envidia y la resignación. Es obvio que no podemos depender de apoyos externos, tan solo nuestra voluntad y paciencia nos ayudará a obtener esos objetivos que tanto anhelamos.