domingo, 21 de octubre de 2018

QUISE SER



Quise ser un pájaro para volar a través del viento, pero mis alas se rompieron y caí. Mientras caía quise ser un paracaídas para evitar estamparme contra el suelo, pero no se abrió. A medida que iba vertiginosamente descendiendo soñé con convertirme en una pluma y así deslizarme suavemente por el aire, pero como lo dije en voz alta mi deseo no se cumplió. Seguí cayendo sin freno alguno y quise transformarme en un globo, pero se cruzó por mi camino un pájaro que clavó su pico en el material del que estaba hecho. Desinflado continué mi descenso y quise ser un pez, diréis que los peces no vuelan pero sí nadan, caí en el mar. Comencé a nadar para llegar a la orilla, pero un calamar gigante me agarró con sus tentáculos impidiendo que continuara mi camino y quise ser un tiburón. De un mordisco me liberé y con la tripa llena continué por la senda en busca de lo que verdaderamente quería ser. De repente, una enorme sombra invadió mi espacio personal, era una ballena y quise convertirme en un cazador furtivo. Arpón en mano me dispuse a cazar a ese gran mamífero de los mares, pero me compadecí de él, era un ser tan maravilloso que no debía desaparecer simplemente para alimentar la gula de los más afortunados. Unas millas más adelante, cuando ya por fin podía ver la costa, me disfracé de buceador y me volví a sumergir en las aguas heladas. Buceé y buceé hasta llegar a la orilla. ¿Y ahora qué? Quise ser una estrella de mar y fui recogida por un niño de cinco años. Me transportaron en un cubo de agua salada y me echaron en una pecera junto con tres peces de colores, pero aquello era demasiado aburrido, sólo podía observar, y quise ser uno de esos peces llamativos, de esa forma al menos podía nadar, pero el espacio era muy reducido. Desde la cristalera podía contemplar el jardín, estaba repleto de rosales y quise ser una de aquellas rosas tan hermosas; cerré los ojos, lo deseé y, de repente, allí estaba, floreciendo en aquél rosal. Apenas pasaron unos días, quizás unas semanas, pero ya me había hecho mayor justo cuando comenzaba a disfrutar de mi metamorfosis. Fue entonces cuando una niña de cabellos dorados y sonrisa inocente se acercó al jardín con unas tenazas. Me miró, sonrió, acercó su mano a mí y… Sólo sentí el frío metal en mi cuerpo, caí a la fría tierra y morí.
Quise ser tantas cosas que cuando fui lo que quise ser, había pasado demasiado tiempo.

lunes, 9 de julio de 2018

DE NADIE



No era de nadie pero sentía que pertenecía a todos. Libre de pensamientos pero esclavizado era su cuerpo. Ser de nadie y pertenecer a todos mataba sus sueños de marcar la diferencia entre tanto sediento de poder y de éxito. Quería volar sola, vivir aventuras locas a cualquier precio; arriesgaba su vida para demostrarle al mundo que no era de ellos, que nadie podía frenar sus anhelos y deseos, que nadie podía impedir la madurez de su ego. Odiaba sentirse atada y luchaba con rebeldía para desprenderse de las cadenas que la mantenían prisionera en un aburrido cuento. Ella no quería ser una princesa protegida por altos y robustos cimientos, ella deseaba ser una guerrera y coleccionar cicatrices de buenos momentos y duros recuerdos. La gente políticamente correcta le provocaba bostezos, ella buscaba algo más, más que personas encerradas en un cuento de hadas, mucho más que eso, buscaba algo que la hiciera sentir viva, que llenara el vacío que acumulaba por dentro. No quería ser de nadie pero a su vez necesitaba de alguien que la ayudara a escapar de su rutina tediosa y le otorgara un nuevo aliento. No le importaba la etnia ni el sexo, le daba igual su estatus social y económico, le era indiferente si era un delincuente, un drogado, un anarquista o un panadero, un ladrón de bancos o un agricultor maltrecho, un mentiroso compulsivo o niño indefenso. Quería personas reales, diferentes, bizarras, que la liberasen de su constante tedio. Por eso, no quería ser de nadie pero pertenecía a todos.

miércoles, 9 de mayo de 2018

MÁTAME LAS GANAS


Clávame las uñas pero con rabia, que se noten tus ganas de arrancarme la piel y tatuarme hasta el alma. Muérdeme el cuello hasta que no quede gota de mí, que mis venas queden secas y con más ansias de ti. Lame hasta mis entrañas, pero con paciencia y muchas ganas, que esta noche se nos agote hasta el habla. Grita sin miedo, escupe todo lo que llevas dentro. Átame. Oblígame. Pégame. Esclavízame. Asfíxiame. Destruye mis fantasías. Párteme en mil pedazos y reconstruye mis piezas a base de latigazos. Secuestra mi mente. Adora mi cuerpo. Hazme tuya penetrando mis deseos. Come de mi fuente. Bebe de mis pecados. Respira de mi boca y atragántate con mis orgasmos. Aúlla como un lobo. Trátame como una perra. Saca tus instintos más lascivos, esos que hasta aterran. Haz todo de mí. Déjame tus marcas, que esta noche no tenga fin. Hazlo, pero hazlo pronto. No me pidas permiso, tan sólo domíname. Desgástame. Agótame. Mátame ya estas ganas que tengo de ti.