domingo, 24 de abril de 2011

Amor verdadero

Estoy aquí rodeada de maleza de la mano de mi marido. Quisimos celebrar nuestro décimo aniversario visitando el bosque donde surgió nuestro amor, donde mis labios recibieron sus besos y su corazón mis primeras caricias. Allí estaba aquel árbol centenario con nuestros nombres grabados y la fecha de aquel día mágico; en sus raíces aún se puede observar ese pequeño zapato abandonado, y a su lado, el lago que fue testigo de nuestras más íntimas fantasías. Todo parece perfecto pero hay algo que nos perturba. El silencio invade este paraje insólito. Ausencia de vida. Nuestros cuerpos comienzan a deteriorarse. Las cenizas cubren nuestros huesos y el barro entierra todo rastro de nuestro afecto. Ese monstruo mecánico no quiso vernos, no quiso escuchar nuestros gritos de dolor, hizo oídos sordos al desgarro de nuestros miembros. Su capataz mandó arrasar con todo aquello que se interpusiera en su camino, el dinero de esa central nuclear valía más que la vida de dos miembros de Greenpeace que luchaban por mantener a salvo el lugar que les hizo encontrar el amor verdadero.
Ya no hay nada. No hay paisaje. No hay vida. Sólo queda la devastación fruto de la mano del hombre. Sólo queda un nuevo cementerio que hará más profundas las sangrantes heridas del planeta. Desde el cielo lucharemos para que las almas que aún permanecen ahí abajo tomen conciencia de sus actos y cuiden de la madre que les dio la vida, La Tierra, Gaia.

lunes, 18 de abril de 2011

Una relación inverosímil

Perdona pero quiero casarme contigo porque no encuentro motivos para no hacerlo.

Nunca imaginé que llegaría ese día en que romperían la coraza que me protegía del amor, que me defendía del dolor que causa una ruptura. Nunca imaginé que fueras tú. No eras la persona con la que había soñado, ni siquiera eras la adecuada. Apareciste de la nada de forma sigilosa y haciendo contraste con el ambiente ruin que me rodeaba; no era nadie, sólo era un bulto más al que alimentar. Pinchaste la burbuja que me evadía del mundo real con tu presencia y rompiste mis esquemas con tu elocuencia. Sí, tú fuiste la causa que hizo latir de nuevo mi corazón, un órgano que permanecía latente dentro de mi ser. Me devolviste la vida con tu sabiduría. Me otorgaste un nuevo significado de la palabra amor; amistad, valoración y atención se convertirían en los tres pilares básicos de mi vida. Me enseñaste a recibir caricias y devolver besos. Me preparaste para afrontar acontecimientos aversivos de forma positiva. Me enseñaste a sentir. Sabes que no suelo ser redundante pero esta vez debes disculparme; no quiero que mis sentimientos caigan en el olvido de tu memoria a largo plazo. No quiero ser una más. Quiero ser esa persona que esté siempre en tu mente, que a pesar de la distancia nunca perdamos la conexión que hemos forjado con tanta ansia. Quiero casarme contigo para demostrar a esta hipócrita sociedad que podemos romper cualquier barrera impuesta, que sólo nosotros reconocemos que nuestra pasión no será eterna, pero que nuestro amor nunca desvanecerá aunque caigamos en brazos de otros amantes. Quiero ser tu esposa, porque cuando nuestras almas se unan ni el divorcio borrará nuestra incomprendida relación.

martes, 12 de abril de 2011

El beso por el que vivo


Nunca había sentido la necesidad de besar a alguien hasta que la conocí.
Ella, que suspira por la atención de esos actores secundarios que sólo buscan su cuerpo tras el escenario, que llora sin consuelo por el vacío que dejan sus fríos besos. Yo, la actriz principal que muere por el amor de esa mujer, que lucha contra viento y marea por conseguir el simple roce de su cuerpo. Qué triste condena estar cada día con ella y no tenerla, fingir que la quiero cuando en realidad la amo y ocultar estos sentimientos tras el maquillaje y las fingidas frases de un guión. Termina la escena, se apagan los focos y otra vez de vuelta a casa.
- ¡Espera! Tengo algo que contarte. – Me grita a lo lejos.
Se acerca a tal distancia que puedo sentir su respiración en mis mejillas.
De repente el ambiente fosco del plató toma un tono agridulce, estamos totalmente solas. Sin pronunciar palabra rodea mi cintura con sus pequeñas manos, me acerca a ella y prueba el sabor de mis labios.
No doy crédito a semejante osadía, recibo el beso por el que vivo y ni siquiera he luchado por él, está pasando, lo sé. Este instante parece no tener fin. El tiempo se para y no es otra de mis muchas fantasías, es la vida real.
Siento su aroma embriagador penetrar en mis sentidos, su piel acariciando mi alma y esa sensación de felicidad que envuelve mi mente. 
- Siento si te he asustado, quería practicar la escena de improvisto para que mañana salga más natural. – Me susurra al oído.

Acto seguido la veo marchar de la mano con el director de la película; ellos felices y yo desilusionada. Mi mundo acaba de romperse, sólo era un ensayo.

lunes, 4 de abril de 2011

Cambio de pensamiento

Un día después de subir al blog la entrada de “Mi cambio” tuve un pequeño percance con el coche saliendo del aparcamiento de la facultad. Iba dando marcha atrás y un anciano se puso en doble fila obstaculizándome la visión y el paso y... ¡Zas! Cuando sentí el golpe en mi parte trasera lo primero que se me pasó por la mente fue "¡Mierda, ahora voy a tener que bajarme y se me va a encrespar el pelo con la lluvia!" Sí, ni me inmuté. Respiré hondo. Cogí los papeles del seguro. Me puse la capucha del abrigo y bajé del coche. Fui a disculparme con la chica del otro vehículo accidentado, a la cuál le aboyé toda la parte lateral, y me aceptó las disculpas sin reparo. Tranquilamente rellenamos los datos y volví a casa como si no hubiese pasado nada. Mientras iba por la autovía reflexioné sobre lo ocurrido; todo sucede por alguna razón. 
Tuve ese percance para poner a prueba mi nueva actitud, para corroborar que puedo mantener la calma y la positividad ante cualquier situación inesperada y sí, lo conseguí; nunca pensé que reaccionaría bien en un momento como ese y quedé totalmente sorprendida con mi propia reacción. Tras esta demostración supe que mi cambio era verdadero y que estaba en el buen camino, sólo debía seguir avanzando por el sendero del optimismo.
Una vez más queridos lectores os hago ver cómo se pueden afrontar los acontecimientos aversivos que se nos presentan a lo largo de nuestras vidas. Con una dosis de calma, una cucharada de lógica y un bocado de optimismo todos podéis libraros de sufrir un ataque de ansiedad, angustia, estrés agudo o evitar posibles peleas y/ o represalias.  

Sed consecuentes con vuestros actos, y sobretodo con vuestra mente y todo os irá mejor.