sábado, 8 de mayo de 2010

Carta de amor - Querida Silenciosa




Soledad Sin Calzada
C/ San Vacío, nº Ninguno
CP/ 13666
En San Francisco, a 7 de Agosto de 1969


Querida Silenciosa qué decir que ya no sepas, porque allí estabas tú.

Sola, así era como pasaba las horas antes de conocerte. En un banco del parque desayunaba todas las mañanas acompañada por el cantar de los pájaros y el murmullo de la gente que pasaba por mi lado con cara desencajada. Allí estabas tú, pero yo inmersa en mis fantasías no notaba tu presencia, pues mi manía persecutoria te borraba de mi foco perceptivo. Voces que decían, voces que criticaban, voces y más voces que me dañaban. ¡Maldita sea! ¿Por qué no se callan? Más gente y a su vez más voces. No conseguía verte, el zumbido de un mosquito me distraía y el llanto de un niño me irritaba. ¿Por qué no se calla? 
Sonó la campana. Agitada me levanté, me dirigí a clase y allí estabas tú, sentada, mirándome fijamente, parecías llamarme con tu silencio y así fue, me senté a tu lado alejadas del resto de la clase. ¡Qué agradable! Al fin alguien que no decía, que no murmuraba, que no criticaba. Te miré. Me miraste. Te sonreí. Me sonreíste. Agachando la mirada sonrojada sentí tu aliento recorrer todo mi ser. Hasta ese momento no recuerdo una sensación tan hermosa como tu resuello en mi cuello, una brisa fresca que me llenaba de energía y paz interior. A partir de ese día nos hicimos inseparables, tú, yo y mis historias inalcanzables. Ya no volví a desayunar sola en aquel parque. Estaba contigo acompañada por las voces de esos primates, voces que decían, voces que criticaban, voces que reían, pero ¿por qué no se callan? Y ahí estabas tú. Me hacías olvidar aquellos sonidos virulentos que penetraban todos mis sentidos; Me rozabas la mano y erizando toda mi piel calmabas mi ser más inicuo, ese que estaba deseando salir para cometer el mayor de los pecados.

Pasamos largas horas en casa frente al espejo; Me peinabas. Te peinaba. Me sonreías. Te sonreía. Siempre estabas ahí cuando lo necesitaba. Eras la única que me escuchaba, que me entendía, que me aconsejaba. Dibujábamos paisajes en las paredes mientras las voces de mis padres decían, murmuraban, gritaban. “¿Qué estás haciendo?” “¡Para!”
No necesitaba a nadie más, ni siquiera a mi familia, todos representaban un incordio. ¿Por qué no me dejaban ser feliz a tu lado? Quisieron separarme de ti. Pensaban que estaba loca, que por hablar contigo había perdido toda la cordura. Aún así nos veíamos pero cada vez menos, esas pastillas del diablo me hacían olvidar todo tu recuerdo. No lograba recordar donde quedábamos, a qué hora te veía, a qué hora nos despedíamos. Dejamos de vernos. ¿Qué pasó? ¿Dónde estás? Te echo de menos.

Estoy entre cuatro paredes blancas otra vez sola. ¿Cuándo fue la última vez que nos vimos? No lo recuerdo. ¿Y mi familia? ¿Por qué no sé nada de ellos?
Voces extrañas procedentes de gente con bata blanca hablan, murmuran, dicen que presento ideas delirantes, alteración de la percepción, distorsión del pensamiento, aislamiento, negación de la realidad y abulia, diagnóstico esquizofrenia paranoide. Hace poco me regalaron un espejo y te vi, eras mi reflejo. ¡Sabía que no me abandonarías! Ahora, cada mañana al despertar me dirijo al gran cristal que hay colgado en la pared para poder verte. Me pongo justo enfrente y allí estás tú. Te miro. Me miras. Te sonrío. Me sonríes. Agacho la mirada sonrojada y recibo un hálito de aire en mi cuello que me alegra la mañana. Porque sé que existes, yo te veo, pero nadie lo admite. Quizás andan más preocupados en las voces que dicen, que critican, que murmuran al igual que hacía yo antes. He dejado de tomar esos caramelos de colores que me borraban tu recuerdo. Ahora soy feliz porque estás aquí, callada, sin decir nada.
Porque creo y creeré en ti.

Soledad Sin

5 comentarios :

  1. ME comento a mí misma para sacaros las dudas.
    Os preguntaréis como se me ocurrió la idea de escribir una carta de amor de una forma tan rebuscada, es sencillo, estudio 5º psicología y coincidió que estaba dando el Trastorno de la personalidad (esquizofrenia) y a partir de ahí empecé a pensar... ¿por qué escribir una carta de amor a una pareja, a un familiar, a un amigo, cuando puedes escribirte a ti misma una carta? Ese fue el comienzo del final de mi carta... confusión, intriga y un final desvelador.
    ¿Quedó bien eh? ^^

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  2. "Solo el.que se ama a si mismo puede amar a los demás. Ella al menos amó a alguien en su vida... ¿y no es el amor felicidad?

    Amor narcisista, pasión... sí que supiste transmitir la emoción.

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  3. Gracias Black.
    Y sí, era una forma indirecta de decir que me quiero a mí misma, y es el primer paso para querer a los demás y hacer que te valoren y amen.

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  4. La verdad es que queda curioso, además de que está muy bien hilado y desde el principio te da la sensación de que algo no cuadra. Muy bien planteado y pensado, y sí, se nota el narcisismo patológico del que habla Freud, lo cual mezclado con la esquizofrenia, lo hace además de realista, muy interesante y fácil.de seguir.

    Me ha encantado y tengo claro que mereces el premio. Sobretodo por la innovación del trastorno en el.que encierran a la esquizofrénica por empezar a humanizarse en su propia enfermedad. Yo tb estoy escribiendo cosillas aprovechando lo que sé de psicología, y me encanta. A ver cuando leo más escritos en este estilo. Bss^^

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  5. jajaja Juan me alegro de que te haya gustado ^^
    La verdad que ahora que lo pienso... no sé como se me pudo ocurrir esa historia xD me asusto de mi propia mente :p

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