viernes, 14 de mayo de 2010

Necesidad de amar


No supe escribir nada alegre. Lo siento, se me escapó una lágrima.

Entre emociones confusas navego al compás de ilusiones y decepciones. No sé si reír o llorar, gritar o cantar, claudicar o luchar, no sé cómo reaccionar ante la vida.

Vacía. Buscando por los archivos de mi sistema límbico me percaté de que estaba vacío. Aún no habían llegado documentos sobre enamoramientos fortuitos, verdaderos. En el último estante encontré un informe, el único, hablaba de la necesidad de amar. Nunca había estado enamorada, si acaso ilusionada, confundida. Confundí la necesidad de sentir qué amaba a alguien con el verdadero amor; Ese que te hace sentir mariposas en el estomago cada vez que estás con él, que cuando te besa se para el tiempo y se eriza toda tu piel, ese mismo que te saca la sonrisa más sincera que habías mostrado, o eso dicen, yo no lo sé. Quizás una vez lo rocé. Lloré. Me derrumbé. Entre lágrimas me ahogué. Más tarde pensé que había amado y me alegré, pero confundí la necesidad con el amor, pues no sentía mariposas, el tiempo no se paraba con sus besos, mi sonrisa era fría como el hielo. A partir de ese momento supe que no lloré por nadie, lloré por mí, por ser incapaz de sentir.

Avergonzada. Pasan los años y no consigo encontrar la definición de amar. No aprendí en secundaria como el resto de mis compañeros. Me encuentro estancada en ese curso, no consigo aprobar la asignatura esencial de la vida. Una vez me dijeron que amar era el verbo más doloroso, pero más duele no haberlo conocido, lo digo yo, que se mucho de eso. No puedo compartir emociones con mis allegados y me avergüenzo. Callada espero a que cambien de tema, a que cuenten chistes o anécdotas en las que pueda intervenir. Dicen que tengo suerte por no estar enamorada, por no depender de nadie, por ser libre; Les contesto que soy libre, pero quiero depender, que al igual que ellos deseo tener a esa persona a quien abrazar, besar, compartir momentos inolvidables, que piense en mí, que se preocupe, que me haga sentir que soy especial.

Triste. Frente al espejo hablo con mi reflejo, le digo que estoy triste por culpa de la soledad, esa que invade todo mi cuarto por no saber amar, quizás sea miedo quién sabe, pero mi corazón no se abre. Vivo eternamente castigada. Soy mi propio enemigo, cómo luchar contra él. No quiero ser esa bohemia que consume sus últimos días en una cama roída por la ausencia, no quiero esa maceta muerta en la ventana, no quiero estar siempre frente a la pantalla escribiendo letras, no quiero morir de pena.

Dicen que acabaré sola, que por dejar de dar oportunidades me pierdo muchas cosas. Dicen que nadie quiere a una persona egocéntrica, superficial, sensible y calculadora, que no valgo tanto como para malgastar tiempo en derribar esa muralla. Dicen tantas cosas que he acabado por creérmelas, quizás tengan razón y me quede sola. Quizás muera por confundir el amor con la necesidad de amar.

2 comentarios :

  1. La preocupacion por la otra y las ganas de que se te preocupen por ti, sin que allá nada mas me vale.
    Tu encontrarás a alguien y tendras la sonrisa de mujer enamorada, tu madre no te dira, y tu es que no tienes un amigo?...ni te sentirás mal.

    solo espera a la persona que rompe a llorar porque no te tiene cerca (¡¡

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  2. Gracias Julie.

    Sabes, ahora estoy tremendamente feliz porque me he dado cuenta que no necesito tener pareja para ello; primero he de saber dar amor y abrir mi corazón y de esa forma podré amar a las personas. Estoy feliz ^^

    Siento contestar tan tarde.

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