jueves, 7 de noviembre de 2013

Niño robado

Nueve meses sintiendo cómo ese pequeño ser crecía dentro de ella, cómo se alimentaba gracias a ella. Sus quince quilos de más, sus hinchados pies y su tripa a punto de estallar se quedaban en una simple anécdota cuando le mostraban la ecografía de su bebé, la mejor estampa que una persona puede tener. Una vida formándose dentro de ella. Sus dolores de espalda y su caminar pesado no significaban nada, tan solo deseaba que llegara el gran día para poder coger en brazos a su pequeña criatura.
La espera fue efímera. Sin apenas darse cuenta, estaba de parto. Tres horas después daba a luz a un hermoso niño de cabellos dorados y mofletes sonrosados. Su cansancio no le impidió disfrutar de la hermosa sinfonía que provocaba el llanto de su hijo en sus oídos. Llora, llora y llora. Unos fuertes pulmones que avecinaban una salud de hierro. Tres minutos después... Silencio. Se llevaron lo que más amaba sin darle la oportunidad de coger a su bebé. La dejaron sola, como una flor marchita que ya no da vida. 
Acompañada por las cuatro paredes frías que forman el paritorio, escucha a otros niños llorar. ¡Cuándo veré a mi hijo! Grita sin cesar. La espera se está demorando demasiado, y no es bueno que un recién nacido pase demasiado tiempo alejado de su madre. ¡Quiero que me deis a mi niño! Grita desconsolada. Nadie la recibe. Nadie contesta a sus preguntas. Media hora más tarde, un señor que dice ser pediatra del centro hospitalario le informa del repentino fallecimiento de la criatura. ¡No le creo! ¡Déjeme verlo, por favor! Suplica la joven madre. Sin mediar palabra, el hombre sale de la habitación al igual que entró; frío y calculador. Pero esta muchacha no iba a quedarse sin hacer nada, ¡le habían arrebatada lo único que tenía en la vida! Sin familia y sin marido no tenía nada que perder. Se levantó rápidamente de la mesa camilla en la que descansaba, y arrastrándose por el suelo recorrió todas las habitaciones en busca de su pequeño. Cuál fue su sorpresa, cuando tras un largo rato, y tras haber dejado un largo rastro de sangre por todas las instalaciones, vio a diez metros de ella a una pareja muy trajeada que recogían de los brazos de una monja a un bebé recién nacido de cabellos dorados y mofletes sonrosados. ¡Es mi niño, es mi niño! Sollozaba mientras se acercaba a ellos arrastrándose con sus brazos. ¡Estás loca! ¡Tu crío murió nada más nacer! ¡Sujétenla y llévenla a su habitación! Increpó la déspota monja de mirada desafiante. De nada valieron sus súplicas. Tres días después le dieron el alta y se fue para casa sola y maltratada.
Diez años más tarde, mientras pedía limosna a las puertas de una iglesia, vio salir a un precioso niño ataviado con un traje de comunión, el cuál destacaba por sus cabellos dorados y sus mofletes sonrosados. Los dos se miraron durante veinte segundos como si alguna vez hubieran compartido algo. La que un día fue una joven muchacha con deseos de ser madre, sonrió. Había comprendido que no hay mayor felicidad para una madre que el que su hijo crezca sano, fuerte y con un futuro prometedor. Y simplemente, lo dejó marchar, a su niño robado.              

19 comentarios :

  1. JOO!!! IMPRESIONANTE!!!! *.*
    Me encantó!!! ^^

    Un beso! ;)
    http://myworldlai.blogspot.com.es

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Ana Isabel.

      Creo que es una historia que fijo que muchas personas habrán vivido, ya sea más literal o menos, pero estoy segura de que muchas madres al leer este relato se sentirán identificadas.

      Otro beso para ti, Ana.
      M.

      Eliminar
  2. ¡Escalofriante! y no es la primera ni será la última vez que pasa una cosa de estas. Que podía hacer aquel pobre despojo de madre sinó dejar que se fuera, la felicidad del hijo por encima de todo.
    Precioso. Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días Julia.

      Sí, he querido reflejar en mi relato la cruda realidad que muchas mujeres han vivido a lo largo de esas cuatro últimas décadas. Una historia ficticia pero basada en los relatos de cientos de madres que vieron como le eran arrebatados sus hijos de sus brazos.

      Gracias, un saludo.
      M.

      Eliminar
  3. Joder que bonito, casi lloro, se ve que estoy sensible...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Anónimo.

      Gracias, mi intención es hacer llegar a los lectores el sentimiento que guarda cada relato que escribo. Y este, al estar basado en hechos que han pasado, creo que llega mucho más a vuestros corazones. Aunque no deje de ser una "historia ficticia".

      Y tran, si lloras es porque tienes sentimientos.

      Eliminar
  4. Lo siento no he podido terminar de leerlo, es un tema que me afecta. Bss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Buenos días Marcos!

      Tranquilo, sabía que este relato podría levantar ampollas, pero lo he hecho con toda la bondad del mundo. Tras ver programas y programas que tratan este tema, no pude evitar escribir este relato que va dedicado a todos esos padres que alguna vez sufrieron esta historia en sus carnes.

      Si es tu caso, lo siento mucho, Marcos.
      Que tengas una feliz semana.
      M.

      Eliminar
  5. El último párrafo define más a una madre que el resto. Una madre no es solo parir. Una madre es sacrificio extremo.
    Me ha llegado. Se me ha erizado el vello a medida que iba leyendo.
    Enhorabuena.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenos días querido Uladh.

      Precisamente quería darle un toque más desgarrador cuyo final tuviese un ápice de felicidad; ya que no hay mayor amor de madre que el anteponer la felicidad de sus hijos a los suyos.

      Gracias Uladh por ser un seguidor fiel y gracias por dejar siempre tu opinión en cada relato que escribo.

      Que tengas un feliz fin de semana.

      Eliminar
  6. Un relato muy emotivo que, además, toca un tema que desgraciadamente está de actualidad. El ser humano a veces actúa fríamente, sin ningún escrúpulo.

    Un beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Mar.

      Sí, como actualmente las noticias y los programas no hablan de otra cosa que no sea la de los niños robados, quise dedicarle al tema en cuestión este relato, y sobre todo, va dedico a todas esas madres que desgraciadamente sufrieron en sus carnes el robo de sus bebés.

      Eliminar
  7. Me he encantado leer un relato actual sobre el sufrimiento de esas madres a las que les robaron a un niño de cabellos dorados y mofletes sonrosados.
    Es un tema muy duro la verdad.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  8. Desgraciadamente, habrá miles de historias así. Me he encantado el relato!!
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Poeta!

      Y a mí me ha alegrado la buena acogida que ha tenido mi relato. Consideré oportuno dedicar una entrada a todas esas madres que ahora luchan por encontrar a sus hijos, y a todos esos hijos que buscan fehacientemente a sus padres biológicos.

      Un abrazo Poeta.
      M.

      Eliminar
  9. Brillante M,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,!

    ResponderEliminar
  10. El relato es interesante y desgarrador, sabemos que ocurrió en muchas ocasiones, dejando un recuerdo tremendo a aquellas madres.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como la vida misma Fraile. Quise dedicarle una entrada a este tema que últimamente ocupa casi todos los espacios de los programas y telediarios.

      Un saludo amigo.

      Eliminar