martes, 17 de diciembre de 2013

EL AÑO QUE VIENE

Siempre ha sido una mujer optimista, una madre luchadora y una esposa inconformista, jamás ha perdido la sonrisa y siempre tiene unas palabras de ánimo para todo aquél que las necesite. Es una persona radiante, inteligente y muy especial. Lleva una vida muy humilde, dedicada a su familia y a su trabajo como cajera en un supermercado. Sin embargo, no siempre había sido así. 

En su juventud había gozado de privilegios; llegó a montar un imperio de la nada, se rodeó de altos cargos y regalaba billetes de quinientos euros como si se tratase de calderilla. Disfrutó al máximo de su dinero; coches de lujos, palacetes, viajes, fiestas, todo lo que un millonario puede permitirse y más. Creyendo que su fortuna seguiría creciendo gracias a la multitud de empresas que formó, olvidó lo más importante; ahorrar para las vacas flacas. Pronto su liquidez se vería sumergida en estafas, demandas e hipotecas. Se quedó sin nada, pero su sonrisa permanecía intacta en su mirada. Prometió a su persona resurgir de las cenizas y construir un nuevo imperio, pero aquella vez la vida no se lo pondría fácil. Durante años luchó a destajo por alcanzar lo que un día fue, pero todo eran malas noticias y estaba dejando pasar sus mejores años. Contra todo pronóstico optó por un plan B; formó una familia. Se casó con un humilde carpintero, tuvo dos hijos preciosos y acabó trabajando en un supermercado. No era lo que esperaba, pero era feliz con su nueva y diferente situación. 

Hasta el día de hoy, y con el optimismo aún arraigado a su ser, no había perdido la esperanza de regresar a sus raíces y así poder bendecir a su familia con una vida mejor. Seguía trabajando en la más absoluta intimidad, su propósito era recuperar su antiguo poder adquisitivo a través de juicios y demandas a proveedores y trabajadores, los cuáles en su día se aprovecharon de su buena voluntad. Había puesto toda su ilusión en el 2013, estaba confiada y daba por hecho que alcanzaría sus objetivos, pero nada más lejos de la realidad. Las sentencias fueron negativas. Pronto llegarían las demandas contra ella exigiéndole los gastos de abogados y procuradores. Su marido se quedó parado,  y a ella le había reducido la jornada con su respectivo sueldo. Jamás imaginó que llegaría al extremo de pedir ayuda a sus padres y amigos. Un día lo tuvo todo, y hoy no tiene nada. Únicamente le queda el amor de su familia y los agradecidos euros que recibe al mes. 

A pesar de las dificultades por las que ha tenido que atravesar durante sus últimos años, continúa manteniendo un pensamiento positivo y sigue confiando en su capacidad de superación. Está decidida en crear otro imperio para que su familia pueda conocer lo que un día fue y estén orgullosos de su persona, porque el último ciclo ha sido para olvidar, pero el año que viene...

lunes, 9 de diciembre de 2013


A LA ATT. DE POSITIVA DIMENSIÓN Mijas Costa, ADL
Málaga (España)

En Mijas Costa, a lunes 9 de diciembre de 2013.

No pretendo analizarte, aunque te encantaría. Te encantaría decirme que no acerté en nada, que sigues siendo esa persona impredecible, inalterable y misteriosa de la que todos hablan.
La incapacidad de aquellos que temían desafiarte te hacían sentir fuerte, impasible. Disfrutaste en todo momento de tu invulnerabilidad. Te alimentaste de la debilidad de tus renegados y adornaste tu vida con vanidad, sin embargo, las consecuencias de tu comportamiento te producía un gran vacío a largo plazo. Nadie era capaz de pulir ese diamante en bruto que permanecía incrustado bajo capas y capas de hormigón. Quisiste impedir tu caída al abismo enfundándote en una armadura, por lo creaste tu propia filosofía hedonista olvidando tu verdadero anhelo, la llegada de ese día en el que derriben el escudo que te protege en todas las batallas. Día tras día te enfrentabas a mentes demasiado simples, predecibles, monótonas, humanas al fin y al cabo, de las cuales no te suponía ningún esfuerzo salir airosa. No cambiabas de estrategia para solventar los conflictos y reías de tus hazañas poco enriquecedoras.

Tú, que tan segura estabas de ti misma ahora comienzas a dudar. Recuerdas porqué te enterraste viva en lo más profundo de aquella roca; huías de los verdaderos retos que te nutrían, los más dolorosos, esos mismos que de forma inconsciente, o no, echas de menos. 
No eres tan fuerte como piensas, no eres tan diferente como creen; compartes ese estado emocional que todos tenemos, miedo. Miedo a conocer algo más complejo que esos rumiantes a los que estás acostumbrada, miedo a no saber cambiar de táctica y que consigan despojarte de toda esa armadura que llevas incrustada en tus entrañas.  Temes perder tu orgullo y valentía, temes volver a ser débil.

Hasta hoy permanecías impune a la espera de una mente que lograra desnudar tus pensamientos, un ser inteligente que rozara suavemente tus más íntimos deseos.
Como una suave brisa que consigue penetrar por las ranuras de tu yelmo llegué yo, inesperada, activadora de tus miedos, dispuesta a desmontar tus sueños, tus barreras, vencerte en tu propio juego. Ahora no sabes defenderte, pero tampoco haces nada por vencerme. Estás perdiendo esta partida, y ebria de confusión dejas entrever tus cartas. Quieres respirar sin tener que tragar espinas envenenadas.

Tú, que anhelas ser libre. Yo, que encontré la llave para liberarte. Tu cuerpo se estremece. Sabes que ha llegado el momento. Te plantas frente al espejo. Te observas. Te analizas. Sueltas un par de lagrimitas de felicidad y gritas: ¡Sí, por fin soy capaz de amarme a mí misma! Sales por la puerta de casa con una gran sonrisa, y por primera vez en tu vida paseas acompañada de la mano de tu autoestima.

Positiva Dimensión

jueves, 7 de noviembre de 2013

NIÑO ROBADO

Nueve meses sintiendo cómo ese pequeño ser crecía dentro de ella, cómo se alimentaba gracias a ella. Sus quince quilos de más, sus hinchados pies y su tripa a punto de estallar se quedaban en una simple anécdota cuando le mostraban la ecografía de su bebé, la mejor estampa que una persona puede tener. Una vida formándose dentro de ella. Sus dolores de espalda y su caminar pesado no significaban nada, tan solo deseaba que llegara el gran día para poder coger en brazos a su pequeña criatura.
La espera fue efímera. Sin apenas darse cuenta, estaba de parto. Tres horas después daba a luz a un hermoso niño de cabellos dorados y mofletes sonrosados. Su cansancio no le impidió disfrutar de la hermosa sinfonía que provocaba el llanto de su hijo en sus oídos. Llora, llora y llora. Unos fuertes pulmones que avecinaban una salud de hierro. Tres minutos después... Silencio. Se llevaron lo que más amaba sin darle la oportunidad de coger a su bebé. La dejaron sola, como una flor marchita que ya no da vida. 
Acompañada por las cuatro paredes frías que forman el paritorio, escucha a otros niños llorar. ¡Cuándo veré a mi hijo! Grita sin cesar. La espera se está demorando demasiado, y no es bueno que un recién nacido pase demasiado tiempo alejado de su madre. ¡Quiero que me deis a mi niño! Grita desconsolada. Nadie la recibe. Nadie contesta a sus preguntas. Media hora más tarde, un señor que dice ser pediatra del centro hospitalario le informa del repentino fallecimiento de la criatura. ¡No le creo! ¡Déjeme verlo, por favor! Suplica la joven madre. Sin mediar palabra, el hombre sale de la habitación al igual que entró; frío y calculador. Pero esta muchacha no iba a quedarse sin hacer nada, ¡le habían arrebatada lo único que tenía en la vida! Sin familia y sin marido no tenía nada que perder. Se levantó rápidamente de la mesa camilla en la que descansaba, y arrastrándose por el suelo recorrió todas las habitaciones en busca de su pequeño. Cuál fue su sorpresa, cuando tras un largo rato, y tras haber dejado un largo rastro de sangre por todas las instalaciones, vio a diez metros de ella a una pareja muy trajeada que recogían de los brazos de una monja a un bebé recién nacido de cabellos dorados y mofletes sonrosados. ¡Es mi niño, es mi niño! Sollozaba mientras se acercaba a ellos arrastrándose con sus brazos. ¡Estás loca! ¡Tu crío murió nada más nacer! ¡Sujétenla y llévenla a su habitación! Increpó la déspota monja de mirada desafiante. De nada valieron sus súplicas. Tres días después le dieron el alta y se fue para casa sola y maltratada.
Diez años más tarde, mientras pedía limosna a las puertas de una iglesia, vio salir a un precioso niño ataviado con un traje de comunión, el cuál destacaba por sus cabellos dorados y sus mofletes sonrosados. Los dos se miraron durante veinte segundos como si alguna vez hubieran compartido algo. La que un día fue una joven muchacha con deseos de ser madre, sonrió. Había comprendido que no hay mayor felicidad para una madre que el que su hijo crezca sano, fuerte y con un futuro prometedor. Y simplemente, lo dejó marchar, a su niño robado.              

miércoles, 16 de octubre de 2013

ATADA Y DESATADA

Parece mentira que en los tiempos que corren y con la edad que sopesa a sus espaldas aún siga con la cantinela de siempre: "No puedo, mis padres se van a enfurecer". Madura su cuerpo y mente, pero no así la actitud de su familia hacia ella. El trato que recibe por parte de sus progenitores es el mismo que recibía diez años atrás, e incluso me atrevería a decir que es peor. Si con diecisiete años no se preocupaban de sus méritos académicos pero sí de con quién salía o dejaba de salir, con veintitantos se siguen entrometiendo en su vida íntima y, además, se inmiscuyen en los trabajos que busca o dejaba de buscar. Se siente atada. 
Ella, muy reacia a cualquier tipo de disputa, intenta pasar desapercibida a ojos de su padre, su mayor detractor; siempre infravalorándola, comparándola con otros (para mal, obviamente), exigiéndole lo superfluo, en definitiva, teniéndola en baja estima. Evidentemente, a veces estalla la rabia contenida en forma de lágrimas e impotencia, pero aún así no se rinde. No le importa que no la valore, aunque le duela. No le importa que la insulte, aunque le saque de sus casillas. Ella lucha por su objetivo, siempre lo ha hecho sin ayuda de nadie y esta vez no iba a ser menos. Intenta labrarse un futuro, la vida que le gustaría tener a medio plazo. El camino no se le presenta fácil, pero tampoco imposible. Es una chica guerrera. Tiene muchísima fuerza de voluntad y, sobre todo, paciencia. Es consciente de que no obtendrá resultados óptimos enseguida, pero está segura de que todo el esfuerzo que lleva invertido en los últimos seis años serán recompensados a base de bien. Se siente orgullosa de quien es, y nadie disipará sus ilusiones. Sabe que el tiempo le dará la razón, su momento algún día llegará y entonces, sólo entonces, callará bocas y perdonará a todos aquellos que nunca confiaron en su valía. No hunde quien quiere sino quien puede, y con ella jamás podrán. Está feliz, llena de energía. Se siente desatada.

martes, 24 de septiembre de 2013

SUERTE

Es momento de reflexionar. A veces las cosas no salen como las teníamos planeadas; se tuercen por el camino o tienen un final inesperado. En esos momentos de frustración o confusión abdicamos en la batalla de la cuál nos creíamos vencedores. Nuestros proyectos se ven truncados y la desidia irrumpe en nuestro destino.
Confiamos en la suerte pero olvidamos que no es eterna, dependimos de algo aleatorio porque nos creíamos especiales, diferentes... Y así nos fue. Al igual que todo lo bueno dicen que dura poco, la suerte se tiene o no se tiene y no es para siempre. Es entonces cuando nos volvemos realistas. Regresamos al punto inicial de partida, pero con más experiencia a nuestras espaldas. Luchamos por lo que deseamos sin depender de nada ni nadie, únicamente confiando en nuestras capacidades y perseverancia, porque... Las cosas buenas tardan en llegar, pero llegan. Uno nunca sabe cuando conseguirá sus objetivos, por ello, no debemos permitir que la desesperanza nos gane. Tenemos que luchar a base de sudor y lágrimas, contra viento y marea y teniendo fe en que las buenas personas al final tenemos nuestra recompensa. No confíes en la suerte, confía en ti.

viernes, 6 de septiembre de 2013

EL SECRETO

El secreto de la felicidad reside en tu ser, el amor que sientas hacia tu persona será el que transmitas a los que te rodeen; nadie quiere a un depresivo que busca la aceptación a través de sus lágrimas. El autoestima que percibas será aquel que te haga triunfar o fracasar; si confías en tus capacidades no habrá crítica que destruya tus ilusiones o proyectos, recuerda que toda opinión, con educación, es constructiva. No realices acciones para que los demás estén orgullosos de ti, hazlas porque te apetece y te hacen sentir bien. La base de la paz interior está en amarse a uno mismo, en reconocer los virtudes pero también los defectos. Las personas necesitamos el reconocimiento positivo de la sociedad, pero éste no será eficaz si no sabemos valorarnos cuando estemos en soledad. No desperdicies las horas auto-destruyéndote o auto-compadeciéndote por creer erróneamente que eres menos valioso que el hijo de tu tío Ernesto, aprovéchalo para conocerte mejor y sacar todas tus aptitudes a relucir. ¡Vamos, que aún tienes tiempo! Tú también eres válido. Eres único e irrepetible. No hay uno como tú. Eres especial en esencia. El secreto de tu éxito no depende de factores externos, depende exclusivamente del provecho que sepas sacarte. No seas idiota. Sonríe. Sé optimista. Deja el rencor a un lado. No seas envidioso, sé ambicioso. No te bloquees en infortunios pasados, aprende de ellos para fortalecer tu presente y asegurarte un futuro labrado. No duermas tanto, ese es el primer paso hacia la muerte. Haz deporte, tu físico y mente te lo agradecerán. Camina erguido, ¡seguro de ti mismo! Pisa fuerte, ¡que te escuchen llegar! Mira tu reflejo plasmado en el espejo. ¡Grítale! Dile que no vas a volver a llorar. Saca pecho y divulga el ejemplo, porque esto, hoy, ha dejado de ser un secreto.

jueves, 29 de agosto de 2013

ENMENDAR ERRORES

Quiere escapar de la monotonía, pero las circunstancias se lo impiden. Al igual que la fuerza gravitatoria de la Tierra retiene a la Luna, su entorno lo atrapa impidiéndole viajar hacia un mundo más venidero. Está cansado de ser la marioneta de sus padres. Quiere conocer planetas sin importarle las consecuencias. Quiere abandonar el nido y echar a volar. 
Su vida representa un insulto para su inteligencia; mucho que ofrecer y poco que obtener. Sus ilusiones van menguando y sus capacidades cognitivas se oxidan por falta de uso, nadie le da la oportunidad de demostrar su valía. Su mente se ha vuelto vaga como consecuencia de la ausencia de actividades constructivas. Muestra cierto déficit de atención que le dificulta la comprensión de unas simples instrucciones como puede ser las del mando a distancia. Se siente inútil. Cree que ha perdido aquellas habilidades por las que se sentía orgulloso en sus días de gloria; su resistencia física, su don de palabra, su creatividad, su memoria, su orgullo. Nada es como antes, o eso piensa. Echa de menos aquella época en la que todo era premios y galardones. Añora sus éxitos. Desea ser el hombre ejemplar que un día fue, pero no puede lograrlo, no, no mientras continúe absorto en su bola de cristal.
Tras mucho divagar intenta recordar el momento en el que su castillo de arena se derrumbó. Quizás aquella vez en la que rechazó un trabajo porque estaba seguro de que recibiría una oferta mejor, o tal vez fue aquella otra en la que decidió abandonar su meta para embarcarse en un proyecto que luego no dio los frutos esperados. Echando un vistazo a su pasado cae en la cuenta de que no hubo un punto de inflexión que lo hizo estancarse, fueron varias desacertadas decisiones las que marcaron su camino. No obstante, sabe que no todo depende de una decisión, su carácter sumiso también ha influido a la hora de disipar sus pretensiones. Su miedo a lo desconocido, su terror a la postura de su familia y su conformismo contribuyeron a su involución.
Ahora que ha vuelto a recordar quién es, nada lo volverá a frenar. Ha encontrado sus errores y pretende enmendarlos para comenzar un nuevo porvenir. Se ha propuesto huir de las garras de la desidia y recuperar su álter ego, aquél que lo llevó a la cumbre.  Nunca ha perdido sus habilidades, siempre ha sido esa persona inteligente que destacaba por su potencial físico y mental, sólo que un día olvidó que para evolucionar hay que dejar las raíces atrás.

miércoles, 31 de julio de 2013

AMARGO LETARGO


Un día cualquiera. Un infortunio inesperado. Una consecuencia irreversible.
Tras las nubes un sopor, un silencio sepulcral que cubre los cielos de tóxico carbón; una sustancia negra que oculta entre sus tripas la maldad de un destino aterrador. Tras el silencio una inundación de lágrimas ensangrentadas que buscan consuelo mientras sus vidas les han sido arrebatadas. Elipsis. Confusión. Un olor anodino que cubre el amargo letargo de los allí presentes en cuerpo pero ausentes en alma. El Sol huye de tan escena macabra. Ya no hay besos. No hay caricias. No hay abrazos. No hay más risas ni reencuentros en ese lugar sagrado. No hay más ilusiones en un trayecto que se ha vuelto maldito para los que residen postrados. Sólo quedan tumbas que decoran lo que un día fue un sitio para encontrar la espiritualidad de uno mismo, ahora solo quedan los despojos de historias que fueron interrumpidas en el inicio de su novela. Decenas de libros que no podrán continuar con su narración, no les quedan páginas que rellenar, el incidente arrancó sus hojas de cuajo sin otorgarles una oportunidad. Únicamente el abrupto final quedará para la posteridad y la firma de cada uno de los escritores permanecerán grabadas en los raíles de aquella Tierra Santa.  Adiós a parte de nuestra historia, una despedida a todas esas personas que un día llenaron de vida los rincones de nuestra hoy triste España. 

viernes, 31 de mayo de 2013

ALLÍ DONDE QUIERA QUE ESTÉS

Agudicé mis sentidos tras ver como te marchabas de mi vida. Una noche estaba a tu lado comentándote qué tal me había ido el día de Reyes y a la mañana siguiente asistía a tu funeral. No supe lo que era el dolor hasta que te perdí. Si hubiese estado allí, si tan solo me hubiese quedado un rato más quizás aún estarías aquí, preparándome tus ricas croquetas y regañando al gato por subirse a la encimera y meter el hocico en la sartén. 
Recuerdo el teléfono sonar a las siete de la mañana y mi madre echar a llorar; aquella llamada no presagiaba nada bueno. Tres minutos después, y sin más explicación que la de "vístete", comencé el camino hacia tu despedida con la única compañía de mi sombra, esa mancha oscura que me hacía sentir más pequeña que de costumbre. Quería creer que se trataba de una broma macabra o que estaba dentro de una pesadilla de la cual no podía despertar.
Aquella escena me resultaba violenta y repetitiva; decenas de personas acuñadas en tu casa y dándome el pésame, ¡pero cómo se atreven! ¡No estás muerta! ¡Si hace un par de horas estaba contigo charlando tranquilamente y recibiendo tu regalo! Entré corriendo a la cocina con la ilusión de verte allí, en tu lugar favorito, pero no había nadie, sólo tu gato negro que parecía perder el aliento por momentos, de hecho, a los dos días cayó enfermo y simplemente desapareció. Me dirigí hacia el salón con la esperanza de que estuvieras echando una cabezada en el sofá mientras emitían en la televisión tu telenovela preferida, pero en su lugar encontré a mi abuelo echo un mar de lágrimas y rodeado de personas extrañas. Recuerdo que me quedé estupefacta. Salí de aquél sitio conteniendo las lágrimas en mis pestañas y disimulando que comenzaba a admitir la realidad. Ya no estabas.
Los días posteriores los pasé confundiendo a las abuelas de mis amigos contigo, no se parecían en nada a ti pero las veía de lejos y me imaginaba que eras tú, que venías para darme un abrazo y decirme que todo estaba bien. Te veía por todas partes; en la cola de la carnicería, esperando el autobús del imserso, caminando por el paseo marítimo e incluso en los telediarios que hablaban de la tercera edad. El duelo no se me estaba antojando fácil y mi mente tampoco es que ayudara, solo quería volver a abrazarte.

Ya han pasado siete años desde que me dejaste y sigo echándote de menos. En ocasiones te veo por el barrio hablando con tus amigas, aunque soy consciente de que es  producto de mi imaginación, una alucinación que me sigue recordando que un día estuviste aquí. No hay día que no lamente el no haberte dicho lo que sentía en vida, no tuve tiempo para despedirme en condiciones, no sabía que te irías sin avisar. 
A pesar de la distancia que nos separa, y a pesar de que ya sea demasiado tarde, quiero que sepas que te amo mucho y que no hay día que no me acuerde de ti. Fuiste como una segunda madre para mí; crecí en tu casa, almorzaba, merendaba y cenaba, me llevabas a la escuela, pasaba todas las tardes en tu casa (era como un sitio de reunión donde todos los familiares pasábamos largas horas allí metidos), siempre estaba en tu calle jugando con el resto de tus nietos y salías para decir "Tened cuidado con los coches y no habléis con desconocidos". Nunca imaginé que te fueses tan pronto. Aún se me ponen los ojos llorosos al recordarte, pero sé que allí arriba por fin eres totalmente feliz y que estás descansando en paz al ver la gran familia que has logrado construir, porque únicamente tú podías ser capaz de traer al mundo a una familia tan maravillosa como la mía.

Gracias por ser mi abuela y gracias por cuidar de todos nosotros allí donde quiera que estés. 

lunes, 20 de mayo de 2013

LA PEREZA DE LA MUERTE

Una mañana, tras mucho reflexionar, dejé mi estúpido trabajo, me cansé de la monotonía que provocaba en mi mente. Como consecuencia de esta renuncia decidí renegar de mi imperiosa vida; demasiadas obligaciones que resultaban ser poco fructíferas. 
Transcurrida una semana, y tras probar el placer de la desidia,  deserto de cualquier acción que me lleve a levantarme de esta cama corroída por las termitas. Me siento bien sin hacer nada, quiero dormir y disfrutar de este sosiego que me embriaga.  
Pasan las horas y el teléfono no deja de sonar, una semana sin desempeñar mi función y ya me echan de menos. El mundo se está volviendo un completo caos mientras yo permanezco postrada entre almohadas y cuento los días que faltan para desintegrar el material del que estoy hecha, lástima que ya esté muerta.
Desde mi ventana puedo ver los estragos que ha ocasionado mi pereza; los muertos no mueren, la locura aumenta y las guerras no cesan. En tan solo un mes la humanidad ha desaparecido y únicamente quedo yo, La Muerte. He acabado con la creación de mi padre que tan vehemente erigió durante seis largos días, y ahora heme aquí, arrepentida y llorando de tristeza aunque de mis vacías y oscuras cuencas no caigan lágrimas. 

miércoles, 8 de mayo de 2013

UN MARIDO FIEL

A la atención de Mª Azucena Ramírez 
C/ Garcilaso de la Vega, nº 2 
CP/ 45002, Toledo 

Querida Azucena, hoy te escribo con lágrimas en los ojos para anunciarte que debemos anular nuestro compromiso como pareja, no así como grandes amigos.

Siempre fui un fiel creyente y defensor de la monogamia; rehusaba de cualquier tentación carnal fuera del matrimonio y juzgaba a todo aquel que caía en el pecado de la infidelidad. Desconocía los motivos que inducían al adulterio, aunque tampoco me interesaba conocerlos ya que no concebía base empírica para dicho engaño.
Mi idiosincrasia se desmoronó cuando una mañana vino a mi consulta psicológica un paciente de personalidad imperiosa que mostraba una conducta obsesiva y/ o exacerbada hacia el sexo, que bien podía ser satiriasis. Durante la hora y media que duró la entrevista los fundamentos de mi cliente lograron nublarme la cabeza; ¿por qué reprimir los impulsos sexuales cuando es parte de nuestra naturaleza? ¿Quién me obliga a acostarme únicamente con mi esposa? ¿Debo probar otros platos del menú? ¿Por qué no llevar a la práctica mis deseos más íntimos?
Aquel día no pude pensar en otra cosa, llegando al punto de mostrar interés por otras mujeres. Comencé a ver a mi secretaria desde una perspectiva diferente; aquella falda entubada dejaba entrever su silueta de infarto, me apetecía sentir sus voluptuosos senos presionar mi pecho. Su mirada, sus labios carnosos y su perfume llamaban a mi puerta, deseaba hacerla mía. Cuando llegué a casa me fijé en la hermosa doncella que teníamos, jamás le había prestado atención; su tez morena acompañada con esa voz melosa encendía todos mis sentidos, ¿por qué no mancillarla sobre la mesa de la cocina? Salí a la calle para airear mis ideas, pero todo fue en vano. Bellas damas contoneaban sus encantos mientras yo permanecía sentado en un banco absorto ante la larga cola de pretendientas que podía llegar a tener. Por momentos me sentí tentado de visitar el burdel de la capital, sólo por curiosidad, pero mi estricta moralidad me llevó a regresar junto a ti, mi ferviente y amada esposa.

Amor, quiero que sepas que te he respetado vehemente durante estos catorce años de casados; solo he tenido ojos para ti y nuestros seis hijos así lo demuestra, no obstante, dejé pasar algo por alto; mi frívola y auténtica naturaleza. Siempre he mantenido una relación cordial a la vez que distante con nuestras amistades femeninas, este apego evitativo podría pasar desapercibido si no fuese porque se debe a mi temor de romper el séptimo mandamiento, es decir, no soy fiel porque así lo desee, lo soy porque me lo han impuesto mis creencias. No quiero negar lo evidente; es un hecho que te ame con locura, pero también es una realidad que quiera probar las dulces mieles con las que me deleita la vida, la carne es débil y más siendo hombre.

Pese a la frialdad que falsamente puedan reflejar mis palabras, me ha resultado tremendamente doloroso tomar esta dura decisión. No es fácil alejarse de tu alma gemela, no es fácil desprenderse de una parte de tu ser, sin embargo, te amo demasiado como para hacerte daño; sé que tarde o temprano sucumbiré a las delicias de alguna meretriz de la alta estulticia y no quiero llenar nuestro matrimonio de mentiras e infidelidades, no te mereces eso. Deseo que ambos exploremos otros rincones que nos aporten sabiduría y bienestar, solo se vive una vez y no debemos aferrarnos a la tediosa y vacua monotonía.

Acabo esta carta pidiéndote disculpas por mi desfachatez y por el sufrimiento ocasionado. Sólo puedo decir a mi favor que, aunque no comprendas mi postura, lo hago por ti; deseo tu completo bienestar y yo, en estos momentos, no te lo puedo proporcionar. Quiero que seas feliz.

De Talavera para Toledo, a 14 de febrero de 1952.

Espero y deseo que esta confesión no rompa nuestra estrecha amistad. 
Te ama por siempre.

Fdo: Un marido fiel.

lunes, 15 de abril de 2013

VAHÍDO

Necesito llorar lágrimas de tinta para así limpiar las entrañas que hoy componen este cuerpo mancillado por la desilusión y la rabia, no todo iba a ser perfecto. Soy consciente de que no vivo en los mundos de Yupi, es evidente que no siempre puedo ser optimista (tampoco pretendo serlo) pero a veces hay que poner un punto de cordura en ciertas situaciones para no caer en un abismo rumiante lleno de pensamientos inanes y febriles.
Es menester para mí mantener una idiosincrasia estable, de esta forma evito el someterme a continuas acusaciones sobre mi supuesta doble cara por el simple hecho de ser una persona más que siente y padece. ¡Señores, por favor... Que no soy de piedra! Hay circunstancias que superan mis expectativas y mi capacidad de superación, pero obviamente no me voy a estancar en ellas, intento darles un matiz grisáceo. Las tormentas no son tan oscuras como parecen, existen dentro de ellas grandes rayos de luz que iluminan sistemáticamente el entorno que las rodea, facilitan diferentes perspectivas que uno pueda tener respecto al fenómeno en cuestión, que llueva una semana no significa que también llueva a la próxima. No obstante, en estos momentos me toca observar la borrasca desde dentro de ella y con tristeza, quizás más tarde la vea refugiada y con otros ojos. Ahora quiero desahogarme y maldecir el vendaval que acecha mi integridad psicológica. Me gustaría claudicar, pero sé que no lo voy a hacer. La situación no es del todo irrevocable, en un futuro puede tener una solución fructífera para mí, pero sinceramente, me hastía todo lo que me queda de recorrido hasta llegar a la meta; un final que se predecía cerca y que ha resultado ser más luengo de lo que pensé en un principio. 
Desde mi vahído de pesimismo momentáneo espeto: ¡MENUDA PUTA MIERDA! ¡A TOMAR POR CULO TODO! ¡QUE LES PETEN! Después de estas soeces palabras, dedicadas a quién sabe qué, y tras haberme liberado intrínseca y extrínsecamente, he de dar paso a esa chica positiva que cada mes os expone alguna anécdota o noticia de interés social que os alegra un poco el día.

Gracias por vuestra fidelidad y gracias por aceptarme tal y como soy. Suerte a todos y no olvidéis que podéis caeros, pero es obligatorio levantarse. Un abrazo y a sed felices.     

miércoles, 30 de enero de 2013

CORTA VIDA

Creces mientras otros envejecen. Maduras mientras otros se van. Miras hacia atrás y solo ves caras nuevas donde antes paseaban los que te vieron evolucionar. Solo quedan recuerdos de aquellos que se fueron y un espacio vacío que aún queda por ocupar. El mundo ha cambiado en treinta años y tú sigues en el mismo barrio que te vio por primera vez caminar. Son muchas las personas que faltan en tu calle y muchos rostros nuevos a los que has visto llegar. Sabe Dios a quién más dirás adiós y a quién darás la bienvenida a su nuevo hogar.
Ayer no eras nada más que un niño despreocupado que soñaba con volar y jugaba con su pelota vieja contra una pared sin pintar, y hoy mírate, eres una persona adulta con preocupaciones en la cabeza y un futuro por labrar. Sueñas con llegar a ser alguien importante en la vida, sueñas con poder viajar. Trabajas sin cesar para llegar a fin de mes pensando yermamente que el ascenso jamás te van a otorgar, crees que todo lo que hagas es inútil y te conformas con ser uno más en la sociedad. ¿Dónde quedó tu ambición?
Te estás haciendo mayor y los tuyos comienzan a envejecer a tu pesar; algunos se quedan y otros se van. Van surgiendo huecos en tu corazón que serán cubiertos por otro prójimo al que amar; tus hijos y tus nietos serán esa pieza a encajar. Nuevas caras formarán tu día a día; ellos verán como envejeces hasta que un día te vayas mientras una efigie nueva ocupará tu lugar y solo habrás sido un ser que un día vino y se fue sin más.
No te rindas, no es tarde para rectificar; puedes escribir una nueva historia y desarrollar un futuro más ejemplar. No seas complaciente ni conformista; elige el camino correcto y si no te gusta algo reemplázalo por otra cosa que te haga vibrar. Siéntete lleno y enorgullécete de tu pasado, pues los años que pasan no los podrás recuperar. Amigo mío, te espera una vida corta la cuál debes aprovechar. 

miércoles, 23 de enero de 2013

LA MECÁNICA DEL CORAZÓN

El corazón, símbolo indiscutible de los sentimientos, a pesar de no ser el órgano que gestiona las emociones como creían erróneamente nuestros antepasados.
Su mecánica es sencilla; bombear la sangre para mantenernos con vida. No obstante, la sociedad le ha adjudicado un segundo rol que no guarda ningún parecido con bases empíricas; representante del amor. Este renombre tiene su explicación; su latir cambia de ritmo cuando nos enamoramos, si acaso más acelerado, aumentando la temperatura de nuestro pecho y provocando una ardiente sensación en nuestro cuerpo.
A simple vista este título parece todo un honor para el caballero oscuro; goza de gran reputación, recortamos figuras de papel con su silueta en fechas románticas y es el objeto metafórico más ofrecido a la hora de declarar nuestra atracción a alguien, verbigracia, "te entrego mi corazón". Hasta aquí todo bien. La cosa se tuerce cuando desgraciadamente las relaciones de pareja no son fructíferas, es decir, nos percatamos de la cornamenta que llevamos en la cabeza, discutimos más que hablamos, pillamos una sospechosa infección en nuestras partes sin venir a cuento o simplemente la relación sexual es incompatible e inexistente. Seguidamente da comienzo la etapa en la que lloramos, moqueamos, nos encerramos en el cuarto, repetimos una y otra vez lo desgraciados que somos, ¿¡¡¡por qué a míííííí!!!? Amenazamos con tirarnos por un puente y, a continuación, convertimos al corazón en un ser biónico que ni siente ni padece. Ya no queremos saber nada de romances y optamos por un festín de sexo despechado y desenfrenado. Nos creemos invencibles y predicamos a los cuatro vientos que nuestro corazón está congelado y guardado bajo llave, la cuál hemos tirado por el retrete. Pero señores, este órgano tiene vida propia y en cuanto se nos cruza por en el camino otro individuo que nos vuelve a hacer el chichi pepsicola, el palpitar comienza a resonar en nuestros oídos y el ardor resurge en nuestro pecho. Un par de años de noviazgo (en ocasiones un par de semanas), nos casamos, tenemos hijos y comemos perdices.
Al final, ni destrozado ni mecánico, solo es un órgano más que tuvo el privilegio o el infortunio de ser confundido con el sistema límbico, zona del cerebro que gestiona las emociones, es decir, el amor.   

martes, 15 de enero de 2013

CAFÉ O TÉ


Café, o su antagonismo, té, son dos recursos muy utilizados en el ámbito social, si bien se toman como excusa para conseguir una cita sin parecer desesperado, también se usan para convocar reuniones profesionales de manera informal, charlas a media tarde, como recurso en un país extranjero donde no sabes qué pedir o incluso para rellenar hueco en filmes cinematográficos y en escenas literarias.
Dependiendo de cuál de ellos tomes reflejarás un estilo de vida u otro. Mientras los que piden café mostrarán signos de una vida más ajetreada, activa, posiblemente esclava del tabaco y con los nervios a flor de piel, los que optan por el té parecerán vivir en un sosiego constante donde el aspecto bohemio y la naturaleza es parte fundamental de su bienestar. Claro que ambos se han convertido en hándicaps que la propia sociedad hemos creado.  
El uso de estas dos vertientes se ha visto incrementado en las últimas décadas desbancando a los míticos batidos de chocolate o a las diversas bebidas gaseosas. Asimismo, a medida que se van cumpliendo años este aumento va tomando mayor relevancia. Quizás se deba al significado que representan los mismos aportando en la persona que lo ofrece y/ o acepta un punto exclusivo de personalidad, madurez e independencia. Hay que destacar que dentro de estas dos modalidades de bebidas se encuentran una gran variedad de estilos con sus correspondientes propiedades. Ya no basta con pedir el mítico sombra o el conocidísimo té verde, ahora, para demostrar el carácter personal y la autonomía que se posee, se debe optar por tipos más exóticos como puede ser el café turco o el té de vainilla y canela con un chorro de leche y miel. Atrás quedaron la sencillez de una merienda acompañada por un colacao calentito y ese sándwich mixto cortado en diagonal.
Lo que está claro es que el café y el té está presente en todas culturas, en cualquier país los puedes tomar, eso sí, con diferentes nombres y formas, y por ello se han ganado el título de "las bebidas sociales no alcohólicas".