jueves, 18 de julio de 2024

SOLTAR

Cerré los ojos. Decidí rendirme y suspiré de alivio.

Siempre había nadado a contracorriente, sentía que debía alcanzar los sueños de la niña que un día fui. Sentía que se lo debía a ella; a esa pequeña llena de ilusiones.

Los años pasaban y por más entrega que invertía en todo aquello que me proponía la vida se encargaba de alejarme de mis objetivos, nunca alcanzaba mis metas. 

Dicen que lo único imposible es aquello que no intentas, pero a veces aún dejándote la piel y el alma no está para ti, no es tu destino. ¿No te das cuenta de que ahí no es? Los sueños de esa niña ya no eran los míos, se habían convertido en pesadillas.

Abrí los ojos. Decidí no frustrarme y sonreí al soltarlo todo. Estaba tan saturada que no me di cuenta de que vivía bloqueada, encadenada por mis sueños y metas.

Y sí, tiré la toalla, escogí descansar. Decidí vivir el presente y dejar mi pasado en paz. Necesitaba respirar.

miércoles, 17 de julio de 2024

AQUÍ ESTOY

Me perdí en el tiempo; entre los retales de tu recuerdo y el futuro más incierto.

Deambulé durante siglos por una oscuridad sibilina con la esperanza de encontrarte de nuevo, con el deseo de volver a reflejarme en aquellos ojos negros.

Viajé a través de diferentes épocas, salté continentes, me fui de nuestra madre Tierra, recorrí galaxias y, pese a mi empeño, no te encontré, estabas demasiado lejos.

Agotada, caí derrumbada, me rendí en un universo desconocido, sin aliento, sin fuerzas, sola ante el silencio y el miedo.

Te busqué durante un largo período a través de diferentes cuerpos, distintas vidas, dispares pensamientos, pero aquí me hallo aún, echando raíces en este lugar tan bello; volviéndome más sabia, sin dolor ni remordimiento, recopilando historias y dejando atrás el sufrimiento.

Me perdí en el tiempo, lugar y momento.
Decidí cesar mi búsqueda. Sentada aquí te espero. Más humana. Más madura. Más empática. Más mágica. Llena de valores y sueños. Más yo. Aquí estoy, preparada para que vengas a mi encuentro.

JUGUEMOS


Juguemos a fingir que tú no me piensas y yo no te sueño.
Fijamos que tú no recuerdas mi cuerpo ni yo tus ricos besos.
Hagamos como si no nos importáramos, como si nada hubiera pasado.

Disimulemos. Que no se note que aún nos tenemos deseo, 
que no se note que nos extrañamos desde lejos.
Juguemos. Olvidemos que un día nos admiramos, 
que parezca que fuimos algo efímero y mundano.

Finjamos. Ocultemos que nos tenemos en el recuerdo, 
que parezca que no nos duele, que no queremos otro encuentro.
Callémonos. Que el silencio sea nuestro verdugo y el vacío el dolor más intenso.
Juguemos a que tú no me sueñas y yo no te pienso.

Juguemos.

COBIJO

Quise encontrar consuelo en los mismos brazos que me hirieron. Pretendí sanar bebiendo de los labios que un día me mintieron. Intenté sentir cobijo en un cuerpo que ya me rechazó por completo. Me convencí de que mi única cura la tenía ella; un alma que había hecho caos todo mi universo.

Durante años, obsesionada, convencida, quizás cegada por mi maldito ego, mantuve mi corazón preso; amurallado con una actitud de hielo y protegido por gratos recuerdos. Quise que mi veneno fuera mi antídoto y así me fui consumiendo, entre esperanzas y lamentos a lo largo del tiempo. Me convencí de que mi única salvación era ella, hasta que me vi reflejada en el espejo.

Sólo yo soy mi consuelo, mi salvación, mi cobijo, mi eterno compañero.

miércoles, 10 de julio de 2024

ADICTA

Me volví adicta a unos ojos que no me observan, 
a unos labios que no me besan, a una mente que no me piensa.

Caí en las profundidades de la pereza ahogando en camas vacías mis penas, 
regalando mis caricias, entregando mi tez a cualquiera.

Esparcí migajas por las aceras a esperas de que las recogieran, 
sin disimulo, vacía de emociones, abriendo todas mis puertas.

Me arrastré por los lugares más turbios de la lujuria, dejé que me bebieran, 
sucumbí a la lascivia olvidando quién era, llenándome de carencias.

Me volví adicta a lo que me hacía sentir, pero no a ella. 
Me volví adicta a unos ojos que me observan, a unos labios que me besan, 
a una mente que me piensa, a un alma que me sienta.

PURA MAGIA


Era pura magia, y ella lo sabía.
Era consciente de su potencial y hasta el máximo lo exprimía.
Entre conjuros, cristales, inciensos y alquimia transcurrían sus días; atrapada en el tiempo, perdida en su propia energía.
A veces regresaba en sí, a su realidad más sombría. Por unos instantes creía encajar, pero la simplicidad de esas mentes le aburrían, apagaban su brillo, la absorbían.

Era pura magia, y ella así lo sentía.
Se refugiaba en sus rituales, se protegía con amuletos y dormía sola en una minúscula cama fría.
Nunca pedía ayuda pero ella siempre la ofrecía. Era sanadora, una persona vitamina, aunque a veces olvidaba sanarse a ella misma.

Era pura magia, y ella lo sufría.
Estancada en una etapa, apegada a un lugar que no le pertenecía. Se sentía vacía, loca y confundida.
Pero ella era pura magia, y eso le daba fuerzas para sobrevivir en el sendero de la vida.

PERDIDA

Me perdí en el tiempo, no te encuentro.
Viajé hasta aquí, hasta el futuro más incierto.

Intenté adaptarme a una época equivocada, a una sociedad con la que no conecto.
Te busqué en hombres y mujeres, en miradas vacías, en efímeros encuentros.

Y, no te hallé, sólo obtuve experiencia y una personalidad de hielo.
Ahora heme aquí, resignada a no hallarte, a olvidarte, ahogándome en la desidia, fracasando en el intento.

Me perdí en el tiempo, no te encuentro.

ENTRE CUATRO PAREDES

 

Entre cuatro paredes, una ventana y un silencio demoledor 
me hallo marchita; sin pétalos ni color.

Me ahogo en la sequía de la apatía, 
entre la soledad más áspera y la cama más fría.

Palidezco con temor en mi propia habitación, 
sin encontrar la salida, sin apreciar un rayo de sol.

Araño el suelo al compás del tictac del reloj, 
deseando una caricia, suplicando una cálida voz.
 
Entre cuatro paredes me hallo olvidada, perdida en la melancolía
y desvaneciendo en esta cueva sombría.