A veces sueño rozarte con mis
dedos, embriagarte con mi aroma y empaparte con mis besos, pero cuando
despierto no eres tú en quien pienso. Mientras duermo soy tuya, te introduces
en mis pensamientos y me haces el amor a fuego lento. Una vez desvelada no es a
ti a quien tengo. Me giro en la cama y hay otro sujeto; menos tierno, más
irritante, menos comprensivo, más violento, y sin embargo, es a él a quien
prefiero. Desearía que fueras tú quien me despertase por las mañanas con dulces
besos, pero tengo miedo de perderte si te digo que te quiero. Eres tú quien me
conquista con bonitos versos. Eres tú quien me seca las lágrimas con los
pañuelos más bellos. Eres tú quien me deja cada día los mejores recuerdos, y
aun así es a él a quien regalo mi cuerpo. Tú me entregas tu tiempo cuando él me
deja el corazón maltrecho. Tú me haces feliz, eso es un hecho. Me sacas una
carcajada cuando menos lo espero. Y es que es a ti a quien entrego mis mayores
secretos; me escuchas, me comprendes y me apoyas con esmero. Por eso te alejo
de mí, porque no hay amor más sincero que el saber que eres tú y callarme mis
te quieros para no perderte y echarte de menos.
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