Quizás fallé o tal vez hice daño
sin querer, pero nunca prometí. Nunca lancé promesas al aire, ni siquiera tenía
el valor de pronunciar palabras en vano, no es mi estilo. Tal vez di a
entender. Provoqué ilusiones erróneas acerca de mi ser pero jamás dije que
fuese perfecta, al contrario, soy perfectamente imperfecta. Estoy llena de defectos;
soy contrafáctica y bipolar. Soy despistada y solitaria. Soy un bicho raro que
soñaba con crear un mundo psicodélico donde vivir en paz. Yo no elegí vivir en
esta época de superficialidad y monogamia, yo no decidí crecer en un ambiente
de tabúes y falsa moral. Soy tal cual. Quizás mentí para evitar un mal mayor, o
tal vez omití datos para huir de posibles conflictos. Fuera como fuese, me lo
merecí. Me merezco cada decepción, cuantas lágrimas derramase, cada espina en
mi corazón y suspiros de desesperación. Me hago responsable de todos mis
errores, admito mi culpa y me flagelo por mis equívocas decisiones, pero voy a
continuar así y me lo volveré a merecer. La imagen se puede modificar pero la
esencia no se cambia; el alma es inquebrantable.
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